Cuánto calma su abrazo! Sentir su sonrisa nos da paz y consuelo. Nadie nos conoce como ella. Nada nos aterra más que perderla.
Sandino -Cuánto calma su abrazo! Sentir su sonrisa nos da paz y consuelo. Nadie nos conoce como ella. Nada nos aterra más que perderla.
Cuando somos pequeños nos enruta hacia el camino seguro, aunque crecemos seguimos siendo críos para su regaño y abrigo.
Se vuelve manto cuando algo nos da frío, llave cuando caminos angostos se cierran para enlutarnos. Es cama segura en el consuelo del sueño, puerto constante para desembarcar de los tropiezos.
Ella colma de alegría los pesares, nos apoya ante cualquier propósito a seguir y se vuelve cómplice en muchas ocasiones de nuestros desmanes a escondidas de papá.
Es fuerte refugio en nuestras aventuras. Consejera oportuna. Amor incondicional.
Cada segundo domingo de mayo los cubanos dedicamos el día a homenajearla, este será otro más. Unos la recuerdan con flores y sueños porque se ha ido físicamente. Otros tienen el tiempo y el espacio para reclamarla y abrazarla toda la jornada.
Pero hay quienes se unen a todo a un pueblo para ofrecerle amor y agradecimiento a la ausente de casa que hoy cumple la difícil y hermosa tarea de salvar vidas.
Es cierto que todos los días merecen nuestro cariño y respeto pero este segundo domingo de mayo, por demás diferente, seamos mejores personas para que ella en cualquier lugar pueda sentirse orgullosa de sus hijos. A todas ¡Muchas felicidades!.
Raisa Díaz Miranda