La iniciación en hábitos nocivos para la salud, lejos de contribuir a la formación de la personalidad, la transforma. El alcoholismo es uno de ellos
Sandino -La iniciación en hábitos nocivos para la salud, lejos de contribuir a la formación de la personalidad, la transforma.
La adolescencia, por ejemplo, es una etapa de cambios y puede verse como momento para iniciar prácticas que no la favorecen.
Tal es el caso del alcoholismo, ese que comienza con una probadita y termina con un consumo excesivo desencadenando un una estela de consecuencias fatales.
Según datos consultados por especialistas cuando niño empieza a beber, antes de los 15 años, es mucho más propenso a convertirse en bebedor crónico o peor aun en problemático. Ello tiene su trascendencia en el cambio de actitud ante la vida pues aparecen los accidentes, los problemas con la familia, los amigos, la escuela, la sociedad o la ley.
El alcoholismo no puede verse como problemática de quien lo inicia porque en él están implicados también quienes le rodean. La reflexión no es solo para los adolescentes sino para la sociedad en su conjunto. No hay necesidad de opacar una etapa pues el tiempo no será capaz de retroceder.
Así pues lucha por no hacer de una probadita un hábito y malgastar el corto tiempo de la vida. Esta ha de vérsele como un regalo.
Trabajo comunitario, reto inmediato de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia en Sandino