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El tablero subversivo contra Cuba

La estrategia estadounidense de desarrollar la guerra subversiva contra Cuba alcanza en los últimos años cifras sin precedentes. 

Sandino – La estrategia estadounidense de desarrollar la guerra subversiva contra Cuba alcanza en los últimos años cifras sin precedentes. El objetivo de provocar un cambio político en Cuba sigue siendo prioridad aún cuando sus planes resultan fracasados ocasión tras ocasión. La nueva jugada de la USAID encontró en la Farsa de San Isidro el combustible perfecto en aras de catalizar los planes del derrotado Donald Trump.

Las políticas Trumpistas contra Cuba deberían cerrar el ciclo iniciado hace cuatro años. Los sucesos acontecidos en noviembre último han sido una gran jugada de las agencias notearmericanas contra Cuba.

Ha sido demostrado cómo la creación de medios alternativos y la inversión en jóvenes devienen métodos recurrentes. Sin embargo RL telón de la obra ha caído y el espectáculo resultó una gran farsa. Cuando intentaron vender los sucesos del capitalino barrio de San Isidro como una gran manifestación o revuelta contra el gobierno, miles de cubanos, en su mayoría jóvenes, salieron a dar la lucha con la consigna aquella de que Ideas hacen Banderas.

Fue precisamente la juventud, el gran artífice para derrotar a los subversionados. Intentaron atacar el frente de la cultura, aprovecharon el margen abierto por algunos creadores necesitados del diálogo siempre útil; rápidamente hablaron de ruptura cultural y nuevamente fueron destruidos por sus propias mentiras.

La estrategia subversiva ha fracasado en su prioridad y como no se pudo desde lo blando, se hacía necesario atacarnos desde lo irracional. A sólo nueve días de abandonar el despacho oval, Donald Trump y su marioneta más cercana Mike Pompeo apostaron por la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Esta últimas jugada no amenaza a nuestro rey en este tablero poítico, ya la hemos solteado y aunque sirve de base para el desembolso de cifras millonarias destinadas a la subversión contra Cuba, no pasará de ser otra apertura que no llegará al deseado Jaque.

Donald Trump ha perdido en su intento de vencernos, abandona el juego humillado y casi sin apoyo. Cede el puesto a un Joe Biden que aunque se muestra más cordial debe asumir el juego contra Cuba. Veremos si realmente pacta tabla o decide acorralarnos y ver caer a su rey.

Noemí Balmaseda Alvelay

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