Los panameños salieron literalmente a comerse a los Leñadores y terminaron por doblegarlos en el partido del adiós con tres carreras a una
Los panameños salieron literalmente a comerse a los Leñadores y terminaron por doblegarlos en el partido del adiós con tres carreras a una, para conseguir así su segundo título en series del Caribe
Ciudad de Panamá.–Feliz del resultado y de muy buen humor, el mentor del conjunto Toros de Herrera Manuel Rodríguez, dijo que esta Serie del Caribe fue la fiesta de los invitados, en alusión al desempeño de su equipo, campeón del torneo, y al de los Leñadores de Cuba.
«Definitivamente, es el mayor triunfo de mi carrera como atleta y director», comentó a seguidas anticipándose a la pregunta de los periodistas.
«Estoy contento porque trabajamos duro y dirigí a un plantel aguerrido, que no se da por vencido, que sale a jugar las nueve entradas… y aquí está el resultado», expresó.
Fue capaz, además, de apreciar las virtudes del contrario. «El plantel cubano es tremendo equipo, de tradición, que siempre da batalla, a ellos felicidades también», destacó.
Dos de los pilares del conjunto Toros de Herrera, el torpedero Javier Guerra, jugador más valioso de la justa, y el cerrador Manny Corpas, coincidieron en su apreciación: la unidad entre todos, eso nos llevó al triunfo.
En Panamá, el equipo cubano contó con el apoyo de sus seguidores. Foto: José M. Correa, enviado especial
Toros engordan a costa de Leñadores
Los panameños salieron literalmente a comerse a los Leñadores y terminaron por doblegarlos en el partido del adiós con tres carreras a una, para conseguir así su segundo título en series del Caribe.
Un equipo de Panamá por encima de sus reales posibilidades y unos Leñadores que pudieron hacer más a lo largo del torneo, se batieron de tú a tú por la corona en el Estadio Rod Carew, que marcó más de 12 000 aficionados en sus graderíos.
El pitcheo volvió a ser un pilar en la victoria ante la escuadra cubana. Un resultado imprevisto de los istmeños, pero victoria al fin y al cabo, y también muy merecida. Todo ocurrió en la entrada inicial. Fue al mismo tiempo el principio y el logro del triunfo. En ese capítulo fabricaron dos carreras que habrían bastado para aspirar a la corona, pero agregaron una más en el séptimo episodio.
La ofensiva de los Leñadores cedió nuevamente y poco pudieron hacer los bateadores para respaldar a Freddy Asiel Álvarez, quien se sobrepuso de un comienzo incierto y luego caminó más de seis innings sin mayores contratiempos.
«Enfrentamos a lanzadores de mucha calidad, nuestros atletas tienen que ganar en disciplina en el home», señaló Pablo Civil, mentor de los Leñadores, en una síntesis del comportamiento de los cubanos.
La mayoría de los cronistas dio como favorito al elenco antillano. Por la historia y por su calidad, son adversarios de cuidado, coincidieron varios periodistas. A pocos les pasó por la cabeza un resultado así, algo imprevisto que no demerita en nada las virtudes del conjunto panameño, pero los integrantes de los Toros pensaban otra cosa y la posibilidad de ganar no estaba lejos de sus aspiraciones.
Contaron con el apoyo de un público entusiasta en los nueve episodios.
Al parecer, en la victoria de este sábado, que les dio el pase a la discusión del título, los cubanos no tomaron el aire suficiente para rematar en la final.