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Una labor de innegable importancia

Ellos forman parte de esa juventud que, en Sandino, respondió de forma positiva al llamado de la máxima dirección del país y del territorio, y se incorporó para hacer producir más la campiña.

Una labor de innegable importancia y que recaba del protagonismo de la juventud es la tarea agrícola. De estos jóvenes que dicen hoy desde el surco sí se puede mucho debiera decirse. Pero más que nombres, resalta sobre todo su compromiso con la Patria. Aspecto este del que faltarían palabras para hablar hoy en toda su grandeza.

Ellos forman parte de esa juventud que, en Sandino, respondió de forma positiva al llamado de la máxima dirección del país y del territorio, y se incorporó para hacer producir más la campiña. Ellos están conscientes de que como dijera Raúl Castro Ruz la producción de alimentos es una tarea de primer orden y tiene carácter estratégico.

Convencidos de la trascendencia y de lo imprescindible que resulta la labor que realizan, muchos jóvenes aumentan la productividad en cada finca, o pedazo de tierra. A veces sin ser finqueros, aportan a la tierra de sus padres o abuelos.

Estoy segura, y lo confirmaban algunos con los que tuve la oportunidad de conversar, de que en las manos y los empeños de los jóvenes campesinos sandinenses, está materializar a pie de surco los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

También alegaban que, para ellos, es un orgullo tener la responsabilidad de garantizar la soberanía alimentaria del municipio y por su puesto de la nación.

Yo creo que el reto de los agricultores de este territorio en los momentos actuales es dar una respuesta a varias extensiones que quedan en silencio productivo para borrar la diferencia que aún existe entre las tierras ociosas y las entregadas.

Para ello urge convocar a gran parte del universo juvenil, de modo que se sumen e incrementen los rendimientos en cada terreno cultivable. Y que lo hagan, seguros que la economía cubana y sandinense lo agradecerán.

En los últimos años no se aprecia, tal como debiera, un rejuvenecimiento de los colectivos agrarios. Mientras tanto, resulta inminente que, en los hombros de ellos, precisamente dentro de algunas décadas, recaerán esas funciones.

Para nadie es un secreto que el envejecimiento poblacional golpea duramente a este sector, por lo que hay que lograr se llene de nuevos brazos que lo hagan producir, a la par que le aporte dinamismo y conocimientos científicos de avanzada.

De hecho, muchos de los usufructuarios que hoy se empeñan por vez primera en hacer parir la tierra, forman parte de un ejército joven que anticipa una nueva generación de trabajadores del campo. Y esto sucede, para bien, ¡claro está!, del desarrollo económico del país y del futuro de la Patria. Una Patria…que los contempla orgullosa y agradecida.

La juventud en tiempos de COVID-19

 

 

 

 

 

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