Los pinareños sufren las consecuencias de la inflación, al tener que pagar en el mercado ilegal hasta siete veces el valor de productos de primera necesidad
Los pinareños, al igual que el resto de los cubanos, sentimos en nuestros bolsillos el impacto de una inflación acrecentada por la presencia de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo, que impiden estabilizar el nivel de ofertas en el mercado.
Debemos reconocer que existen condiciones para dar un vuelco positivo a la situación actual, si logramos, por ejemplo, reanudar el accionar en sectores como el Turismo, tal como fue planteado en los debates en el recién concluido Segundo Pleno del Comité Central del Partido.
Por otra parte, la economía cubana está llamada a impulsar las producciones nacionales, para reabastecer el comercio, con la prioridad fundamental de entregar alimentos a la población.
Los pinareños sufren todos los días las consecuencias de la inflación, al tener que pagar en el mercado ilegal hasta siete veces el valor de productos de primera necesidad como alimentos, debido a la insuficiente oferta en el mercado formal.
A esto se suma el impacto del proceso de ordenamiento monetario iniciado el primero de enero de 2021, que implicó la devaluación del peso cubano frente al dólar, el incremento de los precios y del poder adquisitivo, al aumentar también salarios y pensiones.
El ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández ha expresado que la inflación es fuerte, pero es objetivo de la política del país hacerle frente sin acudir a soluciones neoliberales.
La implementación de medidas para el enfrentamiento a la inflación es un proceso en marcha, en el cual destaca la eliminación de aranceles a las importaciones de alimentos y medicinas, así como para los insumos traídos del exterior por formas de gestión no estatal.
Se trata de un sacrificio fiscal el cual busca evitar el traslado de esos costos a los precios finales.
También en esta batalla contra la inflación el incremento de la producción agropecuaria es importante, unido al control de la liquidez en manos de la población.
Lo cierto es que mientras haya escasez de oferta y personas que se dediquen a la reventa, continuarán los precios inflacionarios.
Todos los actores están llamados a comprender la situación y no aprovecharse de las necesidades del pueblo. No podemos olvidar que estos son tiempos en los que es preciso defender valores fundamentales que caracterizan a nuestra sociedad, donde el humanismo y la responsabilidad son factores esenciales.
