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En Pinar del Río redoblan prevención contra incendios forestales

La escasez de lluvias del actual período seco en Pinar del Río impone redoblar las medidas preventivas para evitar la incidencia de incendios forestales, en una provincia clasificada entre las de mayor índice de boscosidad en Cuba.

La escasez de lluvias del actual período seco en Pinar del Río impone redoblar las medidas preventivas para evitar la incidencia de incendios forestales , en una provincia clasificada entre las de mayor índice de boscosidad en Cuba.

La valía de la estrategia provisoria adquiere mayor importancia para toda la nación, si se tiene en cuenta la alerta de especialistas referida a que este año pudiera incrementarse la cifra de estos accidentes, debido a los árboles derribados y el follaje prevaleciente en los suelos tras el paso del huracán Irma en septiembre pasado.

Una investigación realizada por estudiantes de la universidad pinareña Hermanos Saíz Montes de Oca, sitúa entre los principales perjuicios de los fuegos, la destrucción o daño en árboles jóvenes, maduros o supermaduros, indispensables para el desarrollo y progreso de la industria maderera.

La pérdida de semillas necesarias para la futura regeneración y rebrotes del bosque; empobrecimiento del suelo al reducirse su capacidad reproductiva y la ruina de los montes de protección de la fauna, son otros males acarreados.

A ello se suma, la eliminación de las bellezas escénicas naturales y en sentido general, la desaparición de todo beneficio, directo o indirecto suministrado por el bosque y el peligro para el medio ambiente, por solo citar algunas consecuencias.

Los principales ecosistemas afectados por los incendios en Pinar del Río son bosques de latifolias, y de coníferas, esta última formación vegetal, la más afectada por crear un ambiente propicio para la combustión.

Antes de 1959 la protección contra estos desastres estuvo silenciada, pero a partir del triunfo revolucionario se adoptaron medidas y fueron creadas leyes para la preservación de los recursos forestales.

En 2002 fue aprobada una Estrategia y Programa Nacional para la actividad de Incendios Forestales

En 2002 –indica la indagación- fue aprobada una Estrategia y Programa Nacional para la actividad de Incendios Forestales, etapa en la cual comenzó su implementación y tomó fuerza el principio de que la prevención resulta más importante que la extinción, mientras fue capacitado personal dedicado a la protección contra siniestros, entre otras medidas.

El estudio agrega que unos 350 incendios forestales se registraron en Cuba en 2017, con saldo superior a seis mil hectáreas dañadas y pérdidas económicas estimadas en más de 27 millones de pesos.

Señala que de acuerdo con el informe del Cuerpo de Guardabosques correspondiente a 2017, el territorio forestal deteriorado ese año comprende cuatro mil 029 hectáreas (ha) de bosques naturales, dos mil 644 de plantaciones y más de mil de herbazales de ciénaga.

De ahí que la investigación recomiende reforzar el estudio del tema de incendios forestales, así como el incremento de su divulgación en pos de un mayor impacto en la conciencia de las masas, además de fomentar el laboreo y perfeccionamiento de las trochas contra incendios y fortalecer los cuerpos de guardabosques existentes en áreas de alto peligro de incendios.

Recientes fuegos se reportaron en Vueltabajo en bosques de La Palma y en Guane, en la empresa Agroforestal Macurijes.

Este último, de grandes proporciones, al valorarse de forma preliminar daños en 800 hectáreas, fundamentalmente en plantaciones de eucalipto degradado de 30 y 40 años de antigüedad, y pinus caribaea, en tanto es considerado el más grande de la última década en la zona.

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