Por Marelis Corvea Barreto
Fidel, el paso del tiempo no hace que desaparezca entre nosotros tu figura. Tu imagen crece y auna voluntades, hace latir con más fuerza los corazones de quienes aman tu obra. Estás ahí, multiplicado entre millones, con tu dedo señalando el futuro, con tu mirada que alienta a seguir en combate, con tu verbo que inspira a ser guerreros por siempre.