
Sandino, al igual que toda Cuba, celebra el año nuevo como una oportunidad para conquistar nuevas metas, a pesar de las dificultades enfrentadas en 2024. Con el nuevo calendario, el pueblo sandinense se alista otra vez, demostrando su resiliencia y voluntad de seguir adelante
Por Yolinda García Montero
Enero, como lo indica la historia es un mes cargado de efemérides. Tal es así que solo el día primero, por sólo citar alguno, hace alusión a fechas significativas tanto en el ámbito nacional como internacional.
Cuba este 1 de enero se agasaja por contar con el Día de Año Nuevo, que como dijeran muchos: «Año nuevo, vida nueva», porque al parecer es una página nueva de la historia donde se marcan nuevas pautas y retos a conquistar. Por otra parte cuenta con lo más autóctono y genuino de la historia, me refiero al Triunfo de la Revolución Cubana dirigida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Desde el 1 de enero de 1959 cada cubano ha marcado su vida de reto en reto, conquistas que parten, desde lograr grandes resultados en el desarrollo de la isla hasta hacer reales aquellos sueños que de manera personal abren y cierran un ciclo de la vida para cada ser humano.
Sandino constituye uno de esos pueblos que dentro de la Cuba actual sus personas también llevan la vida sobre nuevas metas y proyecciones ya sean laborales y personales. Este 2024 estuvo marcado de vicisitudes, desde la escasez de alimentos hasta la crisis energética, los sandinenses enfrentaron en los últimos 12 meses adversidades que habrían desalentado a muchos, en cualquier parte del mundo; sin embargo, el pueblo se levantó una y otra vez, como parte de los esfuerzos por reinventarse en medio de un contexto de resistencia.
Más no todo está perdido, aún nos queda salud y fuerzas para continuar y eso dice mucho, porque por muy duro que puedan ser los golpes ahí estaremos para afrontarlos. Aún no se ha perdido el amor del todo y mucho menos la voluntad de vivir, siempre nos aferramos a algo grande en la vida y creo que son razones suficientes para levantarse cada día y empujar esa carreta, que por muy pesada que esté, al final de la contienda traerá buenos resultados.
El 2025 comenzará y a pocas horas de haberlo hecho todo parecerá igual que antes, porque es el decursar de la vida; seguiremos con nuestras faenas diarias y poniendo siempre la mejor cara a todo aquello que nos desagrada. Continuaremos arrastrando de ese año viejo un bloqueo persistente por más de seis décadas que se recrudece cada día más y junto a él, una guerra económica agravada. Continuaremos luchando contra aquellos que nos desprecian e intoxican vulgar y obscenamente cargados de odio en las redes sociales, creyendo que de esa manera nuestra vida será peor.
No nos desalentemos, sigamos como hasta ahora y parafrasemos todos las palabras de Fayad Jamís en su poema “Por esta Libertad”.
…Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo
Por esta libertad de girasol abierto en el alba de
fábricas encendidas y escuelas iluminadas
y de tierra que cruje y niño que despierta
habrá que darlo todo
No hay alternativa sino la libertad
No hay más camino que la libertad
No hay otra patria que la libertad
No habrá más poema sin la violenta música de la
libertad…
Entonces, por este 2024 que culmina y un 2025 que comienza felicitémonos unos a otros con cariño y agradecimiento, pero hagámoslo también de manera personal, felicítate también por ser quien eres: único e irrepetible. Por tus sueños, por la pasión que pones en lo que haces, por el amor que ahora te tienes a tí mismo. Por ser fuerte, por aprender día a día y por saber que la divinidad en la que crees te tiene deparadas las mejores cosas de este mundo. Por la música, por el baile, por sonreír, por poder caminar, correr, saltar… simplemente por la magia de estar vivo.
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