Un gran reto para la economía cubana es lograr la eficiencia en el funcionamiento de la Empresa Estatal Socialista, en medio de circunstancias marcadas por una crisis económica mundial, y el impacto de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo yanqui a Cuba.
Los trabajadores, especialistas y directivos de la Empresa de Construcción y Montaje en Pinar del Río, no están ajenos a esa realidad y participan en la implementación de estrategias para lograr transformaciones en el sistema empresarial estatal cubano. Así lo aseguró el especialista en Sistema de Gestión Empresarial de la referida entidad Fernando Dib Pando.
“Estas estrategias van dirigidas, fundamentalmente, a separar las funciones estatales de las empresariales, incrementar la autonomía de los sistemas empresariales y su nivel de eficiencia y organización. Además, transformar los mecanismos de distribución de las riquezas, que es una de las fundamentales, así como garantizar que la empresa se recapitalice, a partir de las nuevas transformaciones”, explicó.
Con dicho propósito se implementó a finales de 2019 y principios de 2020, un grupo de 28 medidas, las que están encaminadas mayormente al encadenamiento productivo y trazar estrategias para los esquemas financieros cerrados entre las entidades. Se le otorga, entre otros, un grupo de facultades a los Sistemas Empresariales.
“En el caso de esas 28 medidas iníciales, la Empresa de Construcción y Montaje tuvo implicación en 13 de ellas. Siete ya están instrumentadas, dos se están instrumentando y tienen que ver con la búsqueda de financiamiento en Moneda Libremente Convertible, MLC.
“Hay cuatro medidas que faltan porque se editen en el país las diferentes normas regulatorias para su aplicación. Estas 28 medidas se supervisan en los Consejos de Dirección, para que la Empresa de Construcción y Montaje asuma el rol que le corresponde en cuanto a la aplicación de las nuevas transformaciones.
“Un segundo paquete de medidas salió en el 2002. Tiene que ver con 15 medidas, dirigidas a la distribución del capitale, a partir de la existencia de un grupo de prerrogativas para las Empresas y no condicionan la distribución de las utilidades a final de año. Se eliminan una serie de parámetros, por lo que ya la empresa puede pagar lo que sea capaz de producir con eficiencia”, concluyó el especialista.
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