El presidente Trump, desesperado, disimula en la Asamblea General de Naciones Unidas que manipula la COVID-19 y la vacuna, la protesta social, los asesinatos de afroamericanos, la privación del voto y el voto doble
El presidente Trump, desesperado, disimula en la Asamblea General de Naciones Unidas que manipula la COVID-19 y la vacuna, la protesta social, los asesinatos de afroamericanos, la privación del voto y el voto doble. «Verá si reconoce el resultado electoral». Son más de 200 000 los muertos sacrificados en el altar de su campaña electoral, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en su cuenta de Twitter, al terminar su discurso el mandatario estadounidense.
Durante su intervención en el segmento de alto nivel de la Asamblea General de la ONU en su 75 periodo de sesiones, el inquilino de la Casa Blanca afirmó que el mundo está librando una gran batalla contra un enemigo invisible: «el virus chino». Su alusión a la pandemia de la COVID-19, una vez más, fue estigmatizante.
Trump no pierde oportunidad para culpar, sin razón, a China de la propagación de la enfermedad, motivando la ola racista y xenófoba que se desató en el mundo a principios de este año y, ante la cual, como un freno, han tenido que tomar posturas conciliadoras la ONU, la OMS y una gran parte de la comunidad internacional.
También se refirió el Presidente de Estados Unidos a lo que él denomina las culpas de la OMS, que afirmó «está virtualmente controlada por China». Desconociendo a conciencia que el SARS-COV-2 es un virus nuevo, de cual poco se conocía en el primer semestre de este 2020, Trump acusó a la OMS de declarar, de manera intencional y con falsedades, que no había evidencias de transmisión entre humanos y que los asintomáticos no esparcían la enfermedad.
A lo largo de estos casi diez meses de conocido el virus, la OMS ha sido considerada por expertos de todo el mundo como una fuente confiable de información sobre la COVID-19 pues, si bien es cierto que en determinados momentos ha emitido información de la cual luego se ha retractado, sus autoridades también han sido bastante claras en cuanto a la razón de esta volatilidad: los datos sobre la pandemia se han ido descartando y/o confirmando sobre la marcha de los estudios científicos sobre ella.
Igualmente, pidió centrar esfuerzos en lo que él califica como los verdaderos problemas del mundo, aunque se empeñe más en tratar de arrebatar soberanía a otras naciones que nada le deben a la suya: el terrorismo, la opresión de la mujer, los trabajos forzados, el narcotráfico, el tráfico de personas y sexual, la persecución religiosa, limpieza étnica de minorías religiosas…
Durante los seis minutos de su intervención, atiborrada de insultos hacia China, también tuvo unos segundos para América Latina. «Estamos con la gente de Cuba, Nicaragua y Venezuela en su lucha por la libertad», declaró con pose de autoproclamado defensor del universo, título que parecieran adjudicarse todos los que han asumido similar puesto en la Casa Blanca.
Al intervenir en la reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla recordó el ataque flagrante a los derechos humanos elementales que significa el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la Mayor de las Antillas por esa administración, y las infames intrigas que ella promueve contra la colaboración médica cubana y los gobiernos que la solicitan; pero más allá del ensañamiento sobre la Isla, ejemplificó, con varias evidencias, la actitud irresponsable y el desprecio hacia la humanidad que tipifica al imperio estadounidense con la promoción de conflictos, guerras no convencionales y comerciales, y la imposición de severas medidas coercitivas unilaterales a naciones independientes que no son de su agrado.
«Estados Unidos desconoce importantes acuerdos en materia ambiental, de desarme y control de armamentos y abandona los foros internacionales como la OMS, la Unesco o el Consejo de Derechos Humanos. Parecería que está en guerra con el planeta, sus recursos vitales y sus habitantes», expresó el Jefe de la diplomacia cubana en la sesión de diálogo de la ONU para conmemorar el aniversario 75 de ese organismo multilateral.