Alejo Carpentier Valmont universalizó la trama, el contenido, los personajes y la historia de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, e introdujo de un modo artístico inigualable la herencia negra en nuestras culturas
La casa donde residió en La Habana Alejo Carpentier, sede de la presidencia de la Fundación que lleva su nombre, en el Vedado, así como todos los bienes relacionados con su quehacer literario y artístico, al igual que sus objetos personales y cuanto se corresponda con la vida y obra del eminente escritor, los cuales fueron guardados celosamente por su viuda Lilia Esteban de Carpentier, acaban de ser declarados Patrimonio de la Nación Cubana.
Carpentier fue el primer escritor Iberoamericano en recibir el Premio Cervantes. A propósito del reconocimiento, el Comandante en Jefe Fidel Castro le escribió una hermosa carta que comenzaba así: «Querido compañero Carpentier: Nuestro Partido y nuestro pueblo han recibido con la misma emoción que nosotros las palabras con que usted, en gesto noble y conmovedora generosidad, dedica a la Revolución la medalla conmemorativa y el importe del Premio Miguel de Cervantes Saavedra».
Fidel le escribía a uno de los autores más importantes de la lengua castellana y creador de la corriente literaria de lo «real maravilloso», que le dio un vuelco impensable a la literatura latinoamericana y universal a mediados del siglo XX y ha sido insuperable, a partir de su novela El reino de este mundo.
Alejo Carpentier Valmont universalizó la trama, el contenido, los personajes y la historia de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, e introdujo de un modo artístico inigualable la herencia negra en nuestras culturas. Su obra no omitió, singularmente, a Estados Unidos, como ejemplo de modernidad, hizo presente a Nueva York en la novela Los pasos perdidos, donde la gran ciudad se confronta con el río y las selvas del Orinoco.
Obras literarias de Carpentier
Entre sus grandes obras literarias se encuentran El siglo de las luces, La Consagración de la primavera, Concierto Barroco, El Arpa y la sombra, El recurso del método, La guerra del tiempo y otras más. Paralelamente, Alejo Carpentier ejerció en todo momento el periodismo, desde sus primeros años de juventud e incluso en la cúspide de su bien ganada fama literaria. Igualmente fue un hombre de ideas revolucionarias, por lo cual guardó prisión durante la tiranía de Gerardo Machado. Justamente en la cárcel del Castillo del Príncipe escribió su primera obra de ficción ¡Ecue-Yamba. O!
El camino de Santiago y Visión de América se encuentran entre los ensayos más notables y novedosos de Alejo, quien igualmente se distinguió como musicólogo. Le cupo el aval de haber descubierto los valores de la extraordinaria obra de Esteban Salas en la catedral de Santiago de Cuba, hecho que Carpentier valora de modo magistral en su libro La música en Cuba.
Alejo Carpentier fue diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Murió en pleno ejercicio de trabajo como Ministro Consejero de la Embajada de Cuba en Francia, el 24 de abril de 1980, y su cadáver fue tendido en la base del Monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución.
La declaración de Patrimonio de la Nación Cubana de la casa y obra de Alejo Carpentier, fue firmada por Abel Prieto Jiménez, ministro de Cultura.