Toda Granma, a pesar de las distancias impuestas por la COVID-19, disfrutaba a plenitud en los balcones y en las aceras, ese título que dice, otra vez, ¡Granma campeón!
Inédito final de la pelota cubana. Estadio José Antonio Huelga, de Sancti Spíritus, una burbuja neutral y vacía. Detrás de la televisión, miles de emociones compartidas. Noveno inning tenso a reventar. Juego empatado a cinco carreras. Sexto partido dramático entre los Cocodrilos matanceros y los Alazanes granmenses. Bases llenas. Batazo clave en los brazos del bisoño alazán Guillermo García, y entonces,… ¡Granma Campeón!
Así se escribió, este domingo, el cierre de la prolongada final de la 60 Serie Nacional de Béisbol, en la que, por tercera ocasión en el último quinquenio, los pupilos de Carlos Martí, abrazaron el título de campeones.
Un conjunto que, contra todo pronóstico, hizo suyo el terreno de pelota, haciendo valer el concepto de que, en un equipo, todos cuentan, aunque existan jugadores que, a la postre, hacen más honrosa la victoria: el brazo de Alexquemer en los jardines; las picardías de los primos Santos (Raico y Roel) robando bases e impulsando carreras; el ímpetu al bate del novato Guillermito (decisivo en la victoria); la precisión en la receptoría de Prieto; el liderazgo moral de Benítez; el estreno en postemporada de Abreu y Milán, y la espectacular campaña de Blanco, desde el box, asido de la compañía vital de Leandro Martínez, Carlos Santana, César García, Yoel Mogena, Miguel Paradelo…
«Este resultado lo dedicamos al fundador del movimiento deportivo cubano, el Comandante en Jefe Fidel Castro, y a toda la afición granmense», expresó, con lágrimas en los ojos y una sonrisa que desbordaba el nasobuco, el experimentado director Carlos Martí; mientras, en toda Granma, un pueblo entero, a pesar de las distancias impuestas por la COVID-19, disfrutaba a plenitud en los balcones y en las aceras, ese título que dice, otra vez, ¡Granma campeón!