Hay una frase popular de Chaplin, que asegura que una risa no cuesta nada, pero enriquece a quien la recibe.
En tiempos de coronavirus le viene como anillo al dedo para aligerar la carga de estrés que tiene el mundo.
Hay muchas teorías acerca de la risa y que quiero compartir.
Los científicos, por ejemplo, lo argumentan como un proceso cerebral que responde a algún tipo de estímulo. Pero yo más bien lo asocio con la paz interior.
Aunque ellos aseguren que la sonrisa no te da más salud porque no quema las suficientes calorías, yo estoy convencida de que la salud no es física.
La considero más un mensaje natural que nos activa la mente, el corazón y el alma.
También la siento, como un símbolo de esperanza, una de nuestras grandes necesidades.
¡No se puede subestimar su poder de curación! Y más en tiempos de Coronavirus.
En la mayor parte de la gente, la COVID-19 causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos, que duran dos o tres semanas.
En algunos casos, sobre todo entre los ancianos y las personas con problemas de salud, puede causar trastornos más severos, incluida la muerte.
Son palabras que meten miedo. Pero la historia indica que en los momentos más intensos el humor y la risa ayudan mucho.
También están las personas que dirán…este no es un momento para reírse.
Al final de cuentas, sin embargo, siempre es buen momento para una sonrisa.
Pensamos en mil cosas todos los días y algunas de ellas son inquietantes.
¿Qué maravilla cuando tienes un mal día y de repente levantas la mirada y te encuentras una sonrisa que te arregla por completo el momento?
No necesitaste palabras, solo un gesto de bondad, porque eso es la sonrisa, para que tu vida tenga sentido
Me dirás que lo que estoy diciendo es una falacia porque hoy en día tenemos tampoco de qué alegrarnos y que las tecnologías no nos dejan ver sino risas de pose y falsas.
Yo te digo que, por fortuna para todos, aún la tecnología no nos ha absorbido.
Aún no nos ha robado el alma y que todavía en este tiempo hay seres que hacen un trabajo personal intenso para vivir su vida en pleno testimonio de lo que hay en su interior.
Así que… no dejes de sonreír nunca. Porque el día que no lo hagas, será un día perdido.
