La otra pandemia, es el título que le dio hace algunos días, el periodista Julio César Sánchez, a su artículo en Juventud Rebelde.
La otra pandemia, es el título que le dio hace algunos días, el periodista Julio César Sánchez, a su artículo en Juventud Rebelde. Este refería, esta que vivimos actualmente, levantó los techos a las sociedades postmodernas.
Él se hacía eco de las contradicciones que, en los momentos actuales, asoman con rostro de calamidad, en las grandes potencias y en los países capitalistas. Algo muy cierto que consterna incluso a los acérrimos defensores de ese sistema.
Pero no quiero referirme precisamente a esa fotografía de este letal virus. Quiero hablar de “La otra pandemia”, la de la desidia, la del descuido, la de la irresponsabilidad.
Esta también puede afectar…e incluso costar la vida…de millones de personas.
Y todo porque muy cerca de nosotros, puede andar el indolente, con total irrespeto a su vida.
TODOS SOMOS VULNERABLES.
Es duro reconocer que esta pandemia no discrimina entre practicantes de ninguna religión, habitantes de cualquier región del mundo, ricos o pobres, ni entre sexos, identidad sexual o profesión.
Sencillamente su avance sorprendente pone en vilo a todos sin distinción alguna y el único camino es la prevención.
¿Ante estas evidencias, por qué algunos cubanos no tienen el debido cuidado? ¿Por qué incumplen las medidas dictadas por nuestro Presidente Miguel Díaz Canel, por las direcciones de salud pública y otras, que alertan sobre la necesidad de quedarse en casa y de mantener la higiene adecuada?
¿Por qué todavía se ve a algunos apretados en las colas al mejor estilo de las batallas de Hollywood, creyéndose inmunes a una? .
¿Por qué algunos, en lugar de quedarse en casa, sin ir más lejos, aquí cerca de nuestra emisora, en la llamada juguera, se ponen a ingerir bebidas alcohólicas, sin nasobuco y con total irrespeto a las medidas vigentes?
¿Qué pasa?, ¿las personas no entienden?, ¿cuántos contagiados más, o cuántos fallecidos tienen que haber, para finalmente tomar conciencia?
En estos casos, siempre salta a la vista un factor común… la falta de percepción de riesgo.
Súmale a eso, el poco respeto por su vida y por las vidas ajenas, la indisciplina y la falta de compromiso a nivel personal y social.
A mí no me va a pasar
A estos que así actúan hay que ponerles un coto…porque con eso no se juega.
Nunca creas “que a mí no me va a pasar”.
Estamos expuestos a padecer este nuevo coronavirus si no cumplimos las medidas, que, de manera inteligente y acertada, han tomado nuestros líderes.
Tenemos que extremar las medidas de protección y ser responsables. Recuerda que prevenir es pensar en ti y en tu familia. Y es también pensar en todas las personas que te rodean y que forman parte de esa patria grande que compartimos.
Evitemos, ser cómplices de esa pandemia, la de la desidia, la del descuido, la de la irresponsabilidad.
En nuestras manos está escoger si es mejor estar…encerrados…que enterrados.
Ahhh…y no olvides que fue Martí quien desde su tiempo nos alertara…en prever, está todo el arte de salvar. Ponlo en práctica.
