ComentarioCOVID-19

Alimentar la voluntad, el espíritu y el arrojo de todos para protegernos

De eso se trata de alimentar la voluntad, el espíritu y el arrojo de todos para protegernos de este y otros males a los que debe hacer frente la humanidad 

Sandino -¿Qué aguarda a los futuros habitantes de la tierra?. La interrogante que sirve de título a este comentario, debería inquietar al ser humano como responsable de cuánto ocurre en la actualidad.

Al poner el nuevo Coronavirus causante de la COVID-19 en el centro del debate, el problema es más serio de lo que muchos imaginaron.

Un peligro nuevo, del que bien vale la pena hoy, reflexionar sobre lo que está sucediendo en el mundo, o lo que es más preocupante aún: ¿qué va a pasar si no actuamos de manera responsable?.

Todos estos elementos tienen relación con el llamado de la máxima dirección de nuestro país: necesitamos también la comprensión y el apoyo de nuestro pueblo.

Es de lo que más se habla y de lo que más se espera para salvar las vidas como principal objetivo y principal preocupación.

Hoy 180 países tienen casos confirmados, Cuba está dentro de ellos con tendencia a incrementar la cifra.

No hay dudas sobre el riesgo de apariciones de fiebre, cansancio y tos, dolor de garganta o diarrea, síntomas que suelen ser leves y que aparecen de forma gradual.

Es esencial asimismo que cuando una persona presente los síntomas descritos acuda a su médico de inmediato y no se automedique.

Paradójicamente las estrategias de enfrentamiento y prevención de nuestro pequeño país constantemente bloqueado por el gobierno de los Estados Unidos, ha logrado con muchísimo menos recursos, pero con una férrea voluntad política obtener triunfos estratégicos en esta batalla por la vida.

Lo ha expresado el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz Canel Bermúdez y eso no creo yo que haya muchos países que puedan decirlo.

Sin embargo elevar la percepción de riesgo, es un punto a tener en cuenta si queremos evitar consecuencias mayores frente a la COVID-19.

Hay que lograr, se torna urgente, disciplinarnos más a partir de este momento en que nuestro país entra en la etapa de transmisión autóctona limitada.
Entiéndase que hay que pensar en un mayor aislamiento social.

Solo así podemos dar el paso en medio de un incierto panorama sanitario para el mundo y del cual no estamos excentos.

De eso se trata de alimentar la voluntad, el espíritu y el arrojo de todos para protegernos de este y otros males a los que debe hacer frente la humanidad en el planeta que todos habitamos.

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