El pasado 1ro de junio dio inicio en Cuba la temporada ciclónica. Hasta el 30 de noviembre todo el país se informa y prepara con mayor ahínco para enfrentar la etapa más compleja del año en cuanto a fenómenos meteorológicos se refiere.
Para organizar esta preparación fueron creados, hace 60 años, los órganos de la Defensa Civil. Estos han logrado una estrategia de preparación, enfrentamiento y manejo de los daños ocasionados por los distintos eventos, meteorológicos o no, que pueden afectar a la población.
La concepción de las diferentes etapas y las medidas a tomar en cada una de ellas garantiza un enfrentamiento efectivo de cada adversidad. Con su cumplimiento estricto está demostrado que se minimizan las consecuencias que pueda tener para la economía del país; así como en la preservación de vidas humas, que es su misión fundamental.
Sin embargo, debido a la posición geográfica que ocupa Sandino, ha influido a que esta estrategia se vea enriquecida con saberes populares y resulte mucho más efectiva. El hecho de que el municipio limite geográficamente con un canal natural en el paso de los huracanes hacia el Golfo de México mucho ha contribuido a esto.
Si bien en los últimos años los ciclones tropicales han afectado todas las áreas geográficas del territorio nacional, existe una tendencia real a que los conos de trayectorias de estos organismos meteorológicos se inclinen hacia el occidente.
Nombres como Isidore, Lili, Iván, Michael o Ida son recordados entre todos los sandinenses. Con el paso de cada uno de ellos por el municipio muchas son las vivencias que guardan sus pobladores. A pesar de que fuera en uno o en otro, muchos perdieron su casa o sus cultivos. Algunos fueron afectados parcialmente o a quienes no sufrieron la afectación material, sí vivieron la incertidumbre de estar en medio de vientos fuertes y lluvias intensas.
No obstante, todos contribuyeron a perfeccionar las vías para proteger bienes y vidas humanas. La solidaridad entre amigos y familiares devino en alternativa de evacuación de las personas residentes en zonas vulnerables por inundaciones o aquellas cuyas casas no fueran los suficientemente resistentes. La colocación de elementos para la protección de cubiertas ligeras es otra de las medidas surgidas a raíz del manejo de estos eventos naturales.
Lo cierto es que la experiencia acumulada en cada uno de estos huracanes ha permitido que los sandinenses creen, en primer lugar, disciplina ante las situaciones meteorológicas y el comportamiento adecuado durante su paso por el territorio. En segundo lugar, el cumplimiento de las medidas descritas en cada etapa junto a los saberes populares adquiridos de eventos anteriores garantizan un enfrentamiento mucho más efectivo. Por último, la solidaridad, el humanismo y el compañerismo que afloran ante momentos de dificultad son ejemplos de que un mundo mejor es posible.
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