Las indisciplinas sociales, su incidencia en las nuevas generaciones

Las indisciplinas sociales resultan un fenómeno cotidiano y muchas veces están protagonizadas por los jóvenes. En ocasiones las personas no salen al paso antes estos hechos, ni reclaman su derecho a ser respetados
Por Yolinda García Montero
Si de algo nos preciamos los cubanos es de vivir en un país tranquilo, donde prima la alegría y la hospitalidad y existen reglas de convivencia que prescriben bienestar para todos sus ciudadanos.
Sin embargo, subsisten manifestaciones negativas que nada tienen que ver con las normas de comportamiento social y que nos sorprenden, sobre todo, cuando son jóvenes quienes incurren en ellas.
Puede que la inexperiencia y la inmadurez influyan en su modo de actuar y que muchas veces las asuman como una diversión. Pero en este caso yo me pregunto: ¿Qué hay de divertido cuando se altera el orden en una parada, una discoteca, o dónde está la gracia cuando maltratamos a los adultos mayores o dañamos la profesionalidad social que, como la palabra indica, es de todos?
Las indisciplinas sociales o de cualquier naturaleza no surgen por espontaneidad, casi siempre están asociadas a la falta de exigencia, control y otras dañinas manifestaciones que dejan los espacios propicios para que estas aparezcan.
Cuando la indisciplina social no constituye un valor compartido y se practica con frecuencia y conciencia, consecuentemente quiebra otros valores, alterando la buena conducta y educación del individuo, lo cual puede acarrear otras consecuencias impredecibles, provocando insatisfacción a la familia y la comunidad.
Muchas son las manifestaciones que hoy debemos enfrentar para lograr que nuestra sociedad eleve el nivel de disciplina y por consiguiente, se retomen valores que tanto tienen que ver con la educación e instrucción de las nuevas generaciones con el objetivo de alcanzar además una mayor cultura.
Opino que modificar la conducta humana y lograr que el individuo se comporte de manera consciente y espontánea es una tarea difícil que nos involucra a todos (familia, escuela y comunidad). De lo que logremos hoy dependerá el mañana y es la nueva generación a quien corresponde, en gran medida, velar por el sosiego y la paz ciudadana ahora y para el futuro.
Y resumiendo lo antes dicho, aclaro el sendero a seguir con palabras de nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro cuando expresó: «Eduquemos con nuestros propios ejemplos».
En el municipio de Sandino se ponen en práctica planes de acción dirigidos a fortalecer y concretar el enfrentamiento a las indisciplinas sociales a lo largo de los ocho consejos populares. Extremar medidas para actuar en consonancia con las leyes vigentes y garantizar el máximo de justeza en su aplicación ha demostrado ser la vía para perfeccionar la satisfacción de las necesidades de la población con una mayor seriedad a la hora de llamar la atención.