Este 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, Sandino reafirma su amor por este arte y su compromiso con la creatividad
Por Tairis Montano Ajete
En Sandino, donde las llanuras se extienden como un lienzo abierto para la imaginación, el teatro encontró un hogar que florece con fuerza y pasión.
Este 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, la comunidad celebra no solo este arte milenario, sino también a los que inspiran y enseñan desde sus tablas.
Entre los nombres que hacen vibrar el teatro en Sandino se encuentran Digna, Mislay, José Antonio Márquez y Luis Antonio Tumbeiro, apasionados instructores que transforman las simples tablas en espacios de cambio y expresión. Cada taller, ensayo y presentación es un acto que conecta a las personas, que rescata historias y que construye identidad.
En esta región, el teatro no se limita a escenarios grandes ni a los focos brillantes; se vive en los espacios comunitarios, en los centros culturales y en el corazón de los participantes.
«El teatro aquí no solo se ve, se siente como parte de nuestra esencia», afirma Digna, quien ve en cada obra una forma de fortalecer los lazos entre los miembros de la comunidad.
Para Mislay y José Antonio Márquez, cada presentación es una oportunidad de dialogar con el público y sembrar valores culturales. Luis Antonio Tumbeiro, con su experiencia, destaca que «el teatro tiene el poder de unirnos y hacernos protagonistas de nuestras propias historias». En Sandino, cada obra refleja la lucha diaria, los sueños y la esperanza de su gente.
Este Día Mundial del Teatro, Sandino reafirma su amor por este arte y su compromiso con la creatividad. Gracias a los esfuerzos de los instructores, el teatro en esta tierra de llanuras se convierte en un verdadero suspiro eterno, capaz de transformar realidades y abrazar las emociones humanas.
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