La vida está llena de complicaciones y no todas las cosas pasan como uno quiere. La vida hay que enfentarla con mente positiva
La vida está llena de complicaciones y no todas las cosas pasan como uno quiere. A veces ocurre algo desagradable que no se puede detener y que nos quita las ganas de seguir, pero no por eso debemos aislarnos de las personas que nos quieren.
Muchas de las cosas que nos suceden, tanto buenas como malas, dependen de nuestro punto de vista y de nuestro comportamiento. Eso sí, no hay que buscar una guerra para enfrentar lo que se nos viene encima cuando cometemos algún error. A veces es mejor ceder un poco antes de perderlo todo. No podemos olvidar que vivimos en un mundo lleno de complicaciones y es por eso que somos complicados por naturaleza. No resulta difícil hacer lo correcto, lo difícil es saber qué es lo correcto y cuando se sabe, lo difícil es no hacerlo. Sin embargo, con frecuencia caemos por nuestro propio peso. Entonces nos damos cuenta que el encanto de algo o de alguien puede ser falso, su belleza interior puede ser vana.
Nuestro mundo puede cambiar en solo un segundo, todo depende de la mano que impulse la rueda de tu fortuna, si la mano es sabia sabrá poner a cada uno en el lugar que le corresponde. En todo y todos los que nos rodean podemos encontrar una parte de la verdad que necesitamos para entender algo.
Se debe aprender a respetar al mundo para después intentar dominarlo; porque la vida no nos da más oportunidad que para echar una ojeada e infelizmente sacar alguna u otra conclusión; de ahí que cada cual piense las cosas como las ve y las sienta no como les dicen. Por eso todos somos de alguna manera cínicos en un mundo donde el cinismo, no es otra cosa que la realidad con un volumen muy alto.
Según el escritor Mark Twain: la diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta es la misma que hay entre un rayo y la luciérnaga. Es una lástima que así sea porque el tiempo te obsequia un libro en blanco. Lo que en él escribas será tu propia historia. De tí depende escoger la tinta arco iris de la dicha o la gris y opaca del desaliento y la amargura; las palabras dulces y hermosas del lenguaje del amor o el relato tenebroso y destructor del odio.
A la hora de escribir nuestra historia no debemos olvidar que con demasiada frecuencia amamos a las cosas y nos aprovechamos de las personas; cuando debiéramos amar a las personas y aprovecharnos de las cosas. Al final si no tienes aquello que realmente quieres no estás comprometido con ello al 100%.
Las personas que te rodean pueden opinar que eres bueno pero no es suficiente. El ser bueno o malo en criterio de los demás es un criterio meramente funcional. De todas formas, nadie escapa del ciclo de la vida: naces, creces, aprendes, envejeces y mueres. Si generalizamos la forma en que existimos podría decirse que:
Todos tenemos nuestras inseguridades, lo que nos hace predecibles; solo que algunos más que otros.
Todos tenemos nuestro propio mundo: algo por qué mentir, algo por qué amar, algo por qué odiar. Por ejemplo los asesinos. Para ellos el homicidio es un arte, matar les satisface tanto como crear y la creación es un arte de mucha pureza.
Todos vivimos con el conflicto que surge entre lo racional y lo irracional, entre el bien y el mal.
Por drástico que parezca, eso es parte de lo que hace que el sendero de nuestras vidas sea más apasionado; y podemos creerlo o no: la pasión nos mueve. Es capaz de construirnos y de destruirnos. Es un sentimiento que nos hace sentirnos sublimes.
Cada uno de nosotros debe buscar su propia naturaleza. Por lo que podemos decir que cualquier persona es diferente a ti de la misma forma que tú eres diferente del resto y es precisamente ahí donde tenemos que lidiar con las individualidades. Las niñas son dulces y los niños traviesos. Sin embargo, cuando crecemos los hombres no dejan de ser niños mayores jugando a llamar la atención y las mujeres están obligadas a ser más hábiles que ellos. El sexo débil es comparable con los cristales: frágiles y transparentes si se les trata bien, pero pueden llegar a ser peligrosas como sus filos en caso de otro tipo de trato.
