La adolescencia es una edad de pasión desmesurada, espíritu aventurero y desequilibrio emocional capaz de nublar los sentidos de cualquier adulto alrededor de ahí la importancia de crear un ambiente positivo entre la familia y el adolescente.
Con frecuencia, los adultos expresan que la adolescencia es como un periodo de crisis, rebeldía y enfrentamientos. Ellos olvidan que lejos de representar un callejón sin salida en la relación con sus hijos es la segunda oportunidad que les da la vida para no cometer los mismos errores que sus padres.
Aquí estoy, reflexiono sobre algo que me cala el pecho y me oprime el corazón: Los padres y sus hijos adolescentes. La adolescencia es una edad de pasión desmesurada, espíritu aventurero y desequilibrio emocional. Ella es capaz de nublar los sentidos de cualquier adulto alrededor.
Todos transitamos por esta etapa guardando los más disímiles recuerdos, desatendiendo, aunque no del todo, las valiosas enseñanzas ganadas.
Los adolescentes se sienten vulnerables, inexpertos, desafortunados. Sin embargo también se creen invencibles, experimentados y con una suerte que supera cualquier expectativa.
No todos transitamos por los 15 años pensando con el amor como principio, el orden como base y el progreso como fin.
La familia debe aprender a adaptarse a los cambios que exige cada nuevo tiempo
Los mejores amigos no son precisamente nuestros padres. Sin embargo no dejan de ser los más indicados y los principales responsables de nuestra preparación para transitar por la adolescencia y salir ilesos. Usualmente, son ellos los que olvidan que esta etapa es un estado del espíritu. A fin de cuentas cada cual tiene la edad de sus emociones. Por lo que debemos ser consecuentes con las decisiones que tomamos. Ellas son importantes tanto en el rol de padres como en el de hijos adolescentes.
Pensemos entonces, por una vez, que quizás la solución no esté en discutir o prohibir. Tal vez todo se resuelva a través de la plática serena, empática y sincera. Esa que escasea en nuestro hogar y con la cual tiene boleto seguro el entendimiento, la madurez y el respeto mutuo. Ahí no existe culpable y todo tiene solución. Además puede llevarnos a ese abrazo lleno de emoción. Ese que nos aligera el alma y recuerda a los que hoy son adolescentes que mañana serán padres. NO TEMAN, LA ADOLESCENCIA ES SOLO UNA ETAPA MÁS.
