El embarazo precoz es un problema que ocupa y preocupa hoy al mundo y Cuba no está excento de ella.
El embarazo precoz es un problema que ocupa y preocupa hoy al mundo y Cuba no está excento de ella. Hoy es notable el incremento de la cifra de adolescentes que se embarazan cuando aún no están preparadas para asumir la maternidad.
La mayoría de estos embarazos en la adolescencia son no buscados y no deseados. Muchas madres recurren al aborto como método anticonceptivo y otras deciden tenerlo a costa de cualquier sacrificio. Es aquí donde vienen las complicaciones psicológicas, sociales y familiares que repercuten negativamente en su desarrollo.
Estos embarazos tienen un riesgo mayor para la madre y para el bebé que los embarazos de mujeres mayores de 20 años, pues ni su cuerpo ni su mente están preparados para ello. El riesgo de morir por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto es mayor en niñas que quedan embarazadas antes de los 15 años de edad.
Pienso que el hecho tiene mucho que ver con la tendencia a que las relaciones sexuales, en la isla comienzan cada vez más temprano, fundamentalmente entre los 13 y 15 años y en su primer encuentro no hacen uso de métodos anticonceptivos corriendo el riesgo de quedar embarazadas las niñas.
Estos inicios tempranos traen aparejado el cambio de pareja frecuente y la infección de transmisión sexual. Aquí juega un papel importante la familia, la escuela, el médico y enfermera del consultorio. Hay que incrementar la educación sexual desde el hogar. Preparar a los hijos para enfrentar la adolescencia de la mejor manera.
Hay que lograr que nuestras adolescentes se cuiden y tengan su embarazo en el momento ideal con una planificación.
Aun cuando el tema se trata una y otra vez en nuestros medios de comunicación y el estado cubano desarrolla políticas y programas sociales encaminados a la disminución de la maternidad adolescente; no es suficiente, pues en ellos se evidencia la falta de y poca percepción del riesgo que implica el no protegerse en las relaciones sexuales. Orientarlos sin miedo y sin prejuicios es nuestro mayor reto.
