Chávez en los jóvenes sandinenses
Indiscutible es la vigencia de las ideas de Chávez en los jóvenes de hoy, en los internacionalistas, patriotas y en los que creen en las ideas y la libertad
Indiscutible es la vigencia de las ideas de Chávez en los jóvenes de hoy. Sin dudas, en los internacionalistas, en los buenos patriotas, y en todos los que creen en la profunda fuerza de las ideas y de la libertad, está multiplicado Chávez.
Es un hecho que los cubanos….hemos sembrado en diversas regiones del mundo….el ejemplo, y la fidelidad inquebrantables a la ideología del mejor amigo de Cuba. Siempre que prestamos nuestra ayuda solidaria y desinteresada, cuando pensamos que somos parte de esa patria grande que soñaron Bolívar y Martí, vamos… definitivamente… impregnados de la impronta chavista.
Los jóvenes sandinenses nos aferramos a la vida y al camino que nos dejó Hugo Chávez y no queremos ni vamos nunca a aceptar su muerte, porque chavistas y martianos al fin, sabemos que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida. Por eso para él…no hubo ni habrá nunca despedidas…hay abrazos fuertes, hay sonrisas y guiños cómplices, hay pulgares levantados. “Uno se va, pero no se va. Cuando uno se va, se queda por ahí, como circundando”, así dijo Chávez en una ocasión.
Y lo dijo sin imaginar siquiera que tendría que emprender este viaje que no admitimos todos los que lo sabemos vivo, y siempre presente. Hace seis años….físicamente, partió un líder….partió un amigo… pero se quedó un profeta que se hizo pueblo. Ese que hoy, estoy convencida estará junto a Maduro y todos los hombres y mujeres progresistas del mundo, emprendiendo nuevas batallas a favor del bien de la humanidad y de los pueblos del mundo. A mi Chávez se me antoja como ese eterno Quijote…que desde ahora y para siempre….estará donde quiera que halla una causa justa que conquistar. Donde haya una Dulcinea que amar y un gigante neoliberal disfrazado de molino de viento, que destruir. Y sí…a los jóvenes no nos apena reconocerlo…nos parece verlo en su Rocinante.
Lo vemos con su adarga, con su estela de luz, con su manojo de sueños debajo del brazo y con su haz de ideas esgrimiéndolas al viento. Ese viento, que hoy mismo, y a pesar de haber transcurrido seis años, huele a lágrima, a llanto contenido, pero que también nos deja escuchar cantos de libertad, gritos que nos convocan y unen….que nos invitan a seguir permanentemente la lucha…que es el mejor modo de eternizar su legado. Nos sorprenderemos cabalgando junto a ti y a Fidel.
Nos vemos pronto. Hasta siempre, Comandante.