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Simón Peña, del liderazgo juvenil al amor resiliente

 

Por Tairis Montano Ajete

En cada amanecer, Simón Peña revive los recuerdos que su esposa, atrapada en la fragilidad de la amnesia, ha ido perdiendo con el tiempo.

Exdirigente de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) en Sandino, Simón no solo dedicó sus años al servicio de la juventud, sino que hoy canaliza esa misma dedicación hacia el cuidado amoroso de su compañera de vida. Es un hombre cuya historia está marcada por el liderazgo y ahora por una devoción silenciosa.

En su hogar, el día comienza con un ritmo pausado pero cargado de propósito. Simón se asegura de que su esposa esté cómoda, mientras la rodea con historias del pasado y gestos que reconstruyen lo que ella ya no recuerda.

«Es difícil, pero cada día encuentro razones para seguir adelante. Ella siempre fue mi compañera, mi inspiración, y ahora yo soy su guía en este capítulo», comenta con serenidad.

El pasado lo vincula de manera especial al 4 de abril, una fecha que para él sigue siendo sagrada: el Día de la Organización de Pioneros José Martí.

Fue en esa organización que Simón dejó su huella como dirigente, fomentando valores patrióticos, la solidaridad y el amor por la cultura cubana en cada uno de los pioneros que tuvo bajo su liderazgo. Para Simón, ese legado no ha desaparecido; sigue vivo en las historias que comparte con su esposa y en los recuerdos que ella aún guarda, aunque fragmentados.

“Trabajar con los pioneros me enseñó que cada esfuerzo vale la pena. Hoy ese aprendizaje me da fuerza para cuidar de mi esposa”, dice mientras organiza los álbumes de fotos que relatan su vida juntos y los días de congresos pioneriles.

Él enfrenta cada reto con la misma voluntad que alguna vez dedicó al desarrollo de la juventud cubana.

El cuidado de su esposa es un acto de amor y resistencia. «A veces me mira y no recuerda quién soy, pero hay días en que la luz vuelve por un instante, y en esos momentos siento que todo tiene sentido», confiesa mientras observa cómo ella acaricia una tela que alguna vez fue parte de su hogar lleno de vitalidad.

Simón Peña no solo cuida a su esposa; en cada gesto también rinde homenaje a los valores que siempre ha defendido, tanto en su familia como en su comunidad. Para él, el Día de la Organización de Pioneros José Martí no es solo una fecha significativa; es un recordatorio de la importancia de la dedicación, ya sea hacia un colectivo o hacia una persona amada.

En el silencio de su hogar, entre memorias reconstruidas y el compromiso de cuidar a quien más necesita de él, Simón Peña sigue escribiendo su historia. Una historia que nos enseña que el verdadero liderazgo no se pierde con el tiempo, sino que evoluciona en los momentos más difíciles, y que el amor siempre encuentra la manera de trascender.

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