
Ubicado en el Cabo de San Antonio, el Faro Roncali es una insignia de referencia que orienta a las embarcaciones en su tránsito por las peligrosas aguas del extremo más occidental de Cuba
Por Tairis Montano Ajete
En el año 1850 cuando los mares aún eran mapas de incertidumbre y los confines de la península de Guanahacabibes se tornaban un misterio para los navegantes, se alzó el Faro Roncali como un testimonio del ingenio humano.
Este coloso de luz, bautizado en honor al Capitán General Federico Roncali, fue construido para guiar a embarcaciones en su travesía por aguas tan enigmáticas como peligrosas.
Durante más de un siglo y medio, el Roncali ha desafiado la embestida de tormentas tropicales y los azotes del tiempo, siendo faro y refugio para marineros y pescadores. Ha sido testigo de eventos históricos, desde los barcos mercantes que surcaban sus aguas, hasta los relatos de lucha y resistencia que marcaron la identidad de Cuba.
Su luz, una constante en noches de incertidumbre, se convirtió no solo en un recurso para la navegación, sino en un símbolo de esperanza para aquellos que dependían del mar para su sustento. En cada destello, el Roncali guarda memorias de generaciones que han vivido bajo su sombra, escuchando el susurro del océano y el eco de los sueños.
Hoy, el faro no solo representa una joya arquitectónica y funcional, sino también un monumento que honra el patrimonio cultural y natural de Guanahacabibes. Su legado persiste, iluminando tanto el presente como las páginas de historia que aún quedan por escribir.
Informaciones relaciondas
El Faro Roncali reta al tiempo
Destinos: Faro Roncali