Nada cuesta intentar retornar a la normalidad
Nos presentamos ante el desafío de aprender a convivir con la incertidumbre, pues el nuevo coronavirus será parte de lo cotidiano, más cuando desconocemos la dimensión de su impacto.
Sandino-Nada cuesta intentar retornar a la normalidad. Quizás para algunos resulta incierto si llegará o no a ocurrir un cambio en la sociedad planetaria actual. Pero algo sí es real; y es la insostenibilidad de estilos de vida, de gobernanza y de prácticas para el trabajo, la educación y el entretenimiento en el planeta tierra.
El mundo giró de manera significativa, tanto que la humanidad se siente amenazada por algo tan diminuto como un virus cuyo efecto ha demostrado ser fatal a lo largo y ancho del mundo. Incluso puso en jaque a muchos sectores, no sólo al económico o al sistema de salud, sino a todos los aspectos de la vida.
Para muchas familias desde marzo de este año, la vida se les transformó de manera profunda. Ya nada volverá a ser normal, o al menos, no como lo conocíamos.
Nos presentamos ante el desafío de aprender a convivir con la incertidumbre, pues el nuevo coronavirus será parte de lo cotidiano, más cuando desconocemos la dimensión de su impacto.
Sin embargo, de este lado se vive una situación diferente. Gracias a la medicina cubana, a la voluntad política del país y a la percepción de riesgo de muchos, ya casi todas las provincias asumen la segunda fase de recuperación pos-COVID-19.
Retorno a la normalidad
A lo mejor algunos se asombran cuando por estos días se habla de la posibilidad de retornar a la normalidad… ¡y los comprendo! Más cuando siguen confirmándose casos positivos al SARS-CoV-2, especialmente en la capital de todos los cubanos. Por eso, reitero, tenemos por ahora que aprender a convivir con la COVID-19, por lo menos hasta que encuentren la cura.
Por otra parte, sabemos que hay escasez y esto lleva a las grandes colas, a los inescrupulosos acaparadores-revendedores y otras indisciplinas más. Pero poco a poco el agua vuelve a coger su nivel. No podemos perder la fe de que así será.
A diferencia de otros países, en Cuba lo más importante es salvar la mayor cantidad de vidas humanas todos los días. También lo es la seguridad alimentaria de su gente; hace de todo para que la educación no quede detenida en el tiempo a pesar de la situación epidemiológica.
Espero que en la medida que vayamos volviendo a la normalidad, construyamos nuevas formas de vivir y convivir más seguras, justas, equitativas… más solidarias.
Si logramos tener éxito en este laboratorio social, seguro que podremos lograr grandes cosas por el bien común. Sé que no será nada fácil, pero nada cuesta intentarlo.