Inicia el curso escolar. Los estudiantes vuelven al plantel y con ello nuevas vicisitudes. Otras acciones son incorporadas al reglamento escolar: el necesario aislamiento, traer utensilios propios como el vaso y la cuchara, lavarse las manos con el hipoclorito del sodio y sobre todo, una nueva prenda forma parte del uniforme escolar, el nasobuco. Este gramaticalmente relacionado con la nariz y la boca y del que ya nadie prescinde ante la Covid-19.
No hubo imposiciones en diseños, ni colores, sin embargo, se ajusta a los colores patrios que siempre prevalecen en nuestros centros educacionales: blanco, azul, negro y rojo adecuados y simbólicos.
Llega el nasobuco, sencillo y oportuno para acompañar entre lecciones, libros, libretas y lápices al maestro y al alumno. Será un amigo seguro si lo cuidamos y lo usamos de manera correcta.
El uniforme escolar tiene un gran significado para cada estudiante; respetarlo y cuidarlo son deberes escolares, el nasobuco también lo integra. Cumplamos como medida sanitaria con su uso cotidiano como alternativa esencial en tiempos de pandemia.
Colaboradora: Raisa Díaz Miranda.
