Por Tairis Montano Ajete
Durante las últimas semanas la situación de las cuentas fiscales inoperantes generó una señal de alerta en el sector no estatal en Sandino. Más de 400 cuentas permanecían sin movimientos registrados, lo que encendió las alarmas entre las autoridades municipales y fiscales.
Ante este escenario, se puso en marcha un proceso de regularización orientado a reorganizar y sanear el panorama tributario de los trabajadores por cuenta propia, apostando por una cultura fiscal más sólida y previsible.
Un llamado a la responsabilidad: primeros pasos
La Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), en coordinación con las direcciones de Trabajo y Seguridad Social, inició una campaña informativa y de acompañamiento para convocar a los contribuyentes a revisar el estado de sus cuentas, actualizar sus datos, y retomar -en caso de haber interrumpido- sus obligaciones tributarias. Las autoridades ofrecieron asesoría personalizada, con énfasis en la prevención de sanciones y la reactivación ordenada de los registros inactivos.
Los cambios ya son visibles
La respuesta ciudadana ha sido notable. Según datos ofrecidos por la directora de Trabajo y Seguridad Social, Marilin Valdés:
– Se han recibido 400 nuevas solicitudes de apertura de cuenta fiscal, lo cual denota un aumento del interés por formalizar emprendimientos o retomar actividades que habían quedado en pausa.
– Solo tres casos continúan pendientes de Certificado de Beneficio Fiscal, indicador de avance en los trámites de legalización.
– Sesenta trabajadores optaron por la baja definitiva, un proceso igualmente legítimo cuando se decide cesar actividades, pero que requiere cumplir con el cierre legal correspondiente.
– Más de 330 trabajadores por cuenta propia solicitaron la baja temporal, reflejando una estrategia de ajuste de sus proyectos ante circunstancias económicas, personales o de reconversión productiva.
Más allá del trámite: una señal de madurez económica
Este proceso de depuración y actualización no solo responde a un mandato administrativo, sino que evidencia un paso importante hacia la madurez del sector no estatal. Tener una cuenta fiscal activa es más que una exigencia normativa: es una herramienta de respaldo legal, de acceso a beneficios -como créditos y licitaciones- y de transparencia ante terceros.
Además, permite al Estado planificar mejor sus políticas de acompañamiento y evaluar con mayor precisión la dinámica del emprendimiento local. De ahí que las autoridades reiteren que el cumplimiento fiscal no debe verse como una carga, sino como un pilar de confianza, estabilidad y crecimiento.
Próximos desafíos y oportunidades
La ruta trazada implica también fortalecer la cultura tributaria desde una perspectiva educativa. En ese sentido, se han impulsado espacios de diálogo con los trabajadores por cuenta propia, talleres sobre fiscalidad práctica, y plataformas digitales que facilitan el cumplimiento de las obligaciones sin burocracia innecesaria.
El proceso de regularización está en marcha, y si bien quedan retos por resolver, también se vislumbran oportunidades para reconstruir el tejido económico desde la legalidad y el compromiso ciudadano.
Informaciones relacionadas
Labora ONAT en Sandino para recuperar ingresos del contribuyente
De evasores, pícaros y pilluelos
