La preparación ante riesgos y desastres es una responsabilidad compartida por ciudadanos y organismos gubernamentales. En Cuba, la constante exposición a fenómenos naturales como huracanes exige un cumplimiento riguroso de las medidas preventivas desde el nivel nacional hasta los grupos de trabajo locales. La conciencia y acción conjunta son esenciales para proteger vidas y bienes, especialmente durante la etapa ciclónica.
La reciente amenaza del huracán Rafael demostró la importancia de una preparación adecuada y la movilización de recursos. Las autoridades de Pinar del Río pusieron en marcha acciones inmediatas para salvaguardar a la población, reforzando la necesidad de estar siempre alertas y preparados. Sobre este tema trata el siguiente comentario de la periodista Marisol Martínez Regalado.
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