De rojo y negro, siempre es 26

El 26 de Julio de 1953 resultó la continuidad de la Guerra Necesaria concebida por José Martí y el motor encendido por Fidel Castro

El 26 de Julio de 1953 resultó la continuidad de la Guerra Necesaria concebida por José Martí y el motor encendido por Fidel Castro devenido victoria el 1ro de Enero de 1959.

En medio de la oscuridad que trajo consigo la tiranía que instauró en Cuba el golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952, las ideas novedosas de Fidel Castro Ruz encontraron un momento significativo ese día, fecha en que tiene lugar el asalto a los orientales cuarteles de Santiago de Cuba, Guillermón Moncada y de Bayamo, Carlos M. de Céspedes.

Independientemente del fracaso militar, la acción se consideró exitosa, toda vez que por lo menos, salía a la palestra pública el líder indiscutible de la vanguardia político-revolucionaria y del pueblo cubano. Relacionado con aquel hecho, está el siguiente 16 de octubre, día que sirvió de escenario al juicio de quien devino mejor discípulo del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.

En ese trascendental juicio pasó a la Historia con el nombre de La historia me absolverá, alegato de autodefensa convertido en el programa político del nuevo movimiento revolucionario de Cuba, Fidel formuló un concepto de pueblo que, al tiempo que discrimina “a los sectores acomodados y conservadores de la nación” respecto a “la gran masa irredenta”, mostraba el ajuste a un quehacer que tuviera por eje la lucha desde y para los sectores populares.

Paralelamente, destacó las medidas que aspiraba a llevar a la práctica (solución a los problemas de la tierra, del desempleo, de la industrialización, de la vivienda, de la educación y de la salud), y creaba condiciones para luchar por la unidad desde abajo, a partir del citado concepto de pueblo, y desde arriba, con aquellas organizaciones cuyos programas fueran afines con el del Moncada.

Una tarea importante que desarrollaron los miembros de la Generación del Centenario, fue la estructuración de La historia me absolverá, reconstruido el alegato, lo envió el propio Fidel desde la cárcel y su posterior distribución en todo el país, aprovechando la excarcelación de algunos de ellos, como Haydeé Santa María y Melba Hernández, Heroínas de los sucesos de aquel 26 de Julio.

De esta manera llegó al pueblo el programa revolucionario que le servía para el esclarecimiento de su situación y perspectivas, y para desenmascarar las falsedades que divulgaba la tiranía de Batista con sus medios de difusión afines. Ello estuvo bajo el influjo de la labor que en tal sentido desplegaron los compañeros más avezados ideológicamente, en particular los jefes de células de la nueva vanguardia revolucionaria que se organizaba.

En alguna medida, un fruto de la distribución del Programa del Moncada puede encontrarse en el siguiente hecho: por adquirir más conciencia se incrementaron los reclamos de la opinión pública en pro de la libertad de Fidel y sus compañeros, ante lo cual, sin descartar las presiones del bloque burgués, el tirano se vio obligado a decretar la amnistía para todos los presos políticos. De tal suerte, sin aceptar claudicar como condición para la excarcelación, volvía a la libertad, a mediados de mayo de 1955, el núcleo de la emergente vanguardia que se estaba conformando. Quedaba potenciada así la continuación del combate.

He aquí razones por las que celebramos el 26, Día de la Rebeldía Nacional. El asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, marcó un hito en la historia de Cuba y dejó su impronta en la vida de cada cubano.

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