Jardineros, a la espera del momento decisivo

Los jardineros, pueden ser protagonistas de la jugada determinante de un desafío de béisbol, los  patrulleros deben mantener un máximo nivel de enfoque

A veces transcurre un partido entero de béisbol sin grandes exigencias para los jardineros. Sin embargo, en medio de esa soledad en las praderas, los patrulleros deben mantener un máximo nivel de enfoque, pues en cualquier momento pueden ser protagonistas de la jugada determinante de un desafío.

Con su experiencia en la defensa del bosque central, Carlos Tabares es una de las voces autorizadas para hablar de efectividad en ese instante decisivo, pues en un montón de ocasiones capturó las bolas más increíbles en las profundidades para erigirse en héroe, tanto en los terrenos domésticos como en la arena internacional.

Carlos Tabares entrenador responsable de supervisar el trabajo de todos los patrulleros que participan en la Serie Especial

Justamente, Tabares es el entrenador responsable de supervisar el trabajo de todos los patrulleros que participan en la Serie Especial, lid que sirve de preparación rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia. Con ojo clínico, el capitalino observa cada pisada de un grupo de guardabosques muy diverso, en el que confluyen los buenos brazos, los hombres de amplio rango y otros defensores por debajo del promedio.

«Los jardineros no intervienen tanto en el juego, aunque en medio de esa aparente calma por la que transitan hay muchos aspectos para evaluar. Por ejemplo, aquí nos cuesta encontrar a los que rompen la inercia cuando el lanzador comienza el wind up, un detalle muy simple, pero crucial si queremos tener más posibilidades de fildear los batazos corridos», revela Tabares, quien pondera la concentración y la anticipación como armas fundamentales para ser un buen jardinero.

«Las jugadas no te pueden sorprender, por eso hay que mantener el enfoque aunque no te hayan dado un fly en dos horas. Tienes que saber qué hacer en una determinada situación según la potencia del brazo; tienes que conocer las características de las cercas para saber cómo será el rebote de la pelota. Todo eso forma parte del trabajo de anticipación que se puede desarrollar, y en eso estamos tratando de profundizar en los entrenamientos», apunta el expatrullero.

El béisbol es un deporte de muchos pequeños detalles

Tabares explica que, si se logra una lectura perfecta durante los partidos, se minimiza notablemente la posibilidad de fallar. «El béisbol es un deporte de muchos pequeños detalles, como el tiro al cortador, algo que muchos catalogan de insignificante. Sin embargo, insistimos en que los jardineros deben tener muy claro dónde tirar y hacerlo correctamente, fuerte, bajo y preciso, a fin de evitar el avance de los contrarios.

«En esto influye mucho la visión previa del jugador, su capacidad para atacar rápido todas las conexiones de roletazo, incluso las que parecen lances fáciles para el cuadro. Y si vamos un poco más allá, necesitamos también una mejor comunicación entre los mismos patrulleros y con los jugadores de cuadro», puntualizó Tabares, quien no considera una excusa el mal estado de los terrenos.

«Uno no puede centrarse en que un estadio tenga malas condiciones, ni puede escudarse en eso cuando se comete un error. Al contrario, si los terrenos están desnivelados o hay huecos, debemos esforzarnos más, pensar que nada nos va a detener en nuestra tarea de fildear la bola. Solo de esa manera seremos más profesionales en el trabajo», añadió el capitalino.

Por último, y no por ello menos importante, Tabares reconoció que los jardineros cubanos deben preocuparse mucho más por acumular asistencias, pues con una sola de ellas en el momento indicado se puede ganar un juego.

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