El Día Mundial del Niño, se celebra todos los años el 20 de noviembre, con el propósito de fomentar la fraternidad entre los niños y las niñas del mundo.
Sandino-El Día Mundial del Niño, se celebra todos los años el 20 de noviembre, con el propósito de fomentar la fraternidad entre los niños y las niñas del mundo y promover su bienestar con diversas actividades sociales, culturales y recreativas.
Ese día supone celebrar los avances alcanzados, pero sobre todo es un día para concientizar al mundo sobre la situación de los niños más desfavorecidos; pensar en la búsqueda de alternativas para que mejoren su nivel de vida, que conozcan sus derechos y juntos trabajar por su felicidad y desarrollo.
Los niños son el miembro más vulnerable de cada familia y aunque no piensan como las personas mayores son los que más sufren las crisis y los problemas del mundo. Ellos son víctimas de muchos males que aquejan a las sociedades.
Cuba es un país privilegiado en este quehacer pues los niños reciben educación y atención cultural y médica gratuita. Tienen espacios donde se escuchan y sus opiniones son tomadas en cuenta y en el que se enrolan organizaciones políticas y de masas.
Hoy es un día por y para ellos, los niños son protagonistas de cada actividad en cada centro estudiantil, en el barrio y en muchos centros de trabajo donde también se les abre espacios.
En una mirada al mundo me detengo en Brasil. Tantas anécdotas de los médicos cubanos dando muestras de solidaridad y humanidad con el pueblo y de manera especial con los niños indígenas. Hoy con la salida de Cuba del Programa Más Médicos de Brasil por culpa del presidente electo, Jair Bolsonaro, comienzan a carecer de las más mínimas condiciones de vida.
Aun falta mucho por hacer por el bienestar de los niños del mundo
Pienso que visto desde un ángulo mayor en el mundo aún falta mucho por hacer, tenemos que unirnos para lograr que ningún niño muera por enfermedades curables o prevenibles, que todos sepan leer, escribir, que ninguno sea víctima de la prostitución de menores, o tenga que trabajar en edad escolar para sostener una familia, que no sea ninguno de ellos el que está en el lugar y la hora equivocada cuando hay una bala perdida, pero sobre todo que reciban la alimentación adecuada y garantía de salud y se respeten sus derechos. En fin, trabajar por un mundo mejor para ellos que como dijera José Martí, son la esperanza del mundo.