No hay espacio para el desánimo, esta batalla la vamos a vencer

En reunión a través de videoconferencia con los gobernadores de todas las provincias y el intendente del municipio especial Isla de la Juventud, el Presidente cubano reconoció la participación protagónica del pueblo en el enfrentamiento a la COVID-19

El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, aseguró este jueves en el Palacio de la Revolución que en Cuba no hay espacio para el desánimo y la batalla que estamos enfrentando contra la COVID-19 y la crisis económica que ha generado, también la vamos a vencer.

Al encabezar una reunión con los gobernadores de todas las provincias y el intendente del municipio especial Isla de la Juventud –donde se evaluaron varios temas de la vida económica y social de la nación– el Jefe de Estado ratificó «nuestro sentido de la dignidad y la convicción de no rendirnos». Nuestra fuerza,  dijo, radica en la unidad que tenemos en torno a la soberanía, la independencia, el socialismo, la prosperidad y la sostenibilidad, a lo que no vamos a renunciar, desde un proyecto totalmente cubano, con independencia y sin injerencias.

Cuba, como nadie, ha demostrado su compromiso con lograr que un mundo mejor sea posible. Eso está presente en la vocación humanista de la Revolución, afirmó Díaz-Canel, que no solo es un concepto, ni un propósito, sino que es un factor intrínseco en la manera como se ha actuado siempre y también en el enfrentamiento a esta pandemia.

Tenemos que reconocer constantemente la participación de nuestro pueblo y continuar convocándolo para que siga aportando al resultado en esta batalla, donde ha sido su principal protagonista, subrayó.

Sobre el escenario epidemiológico que vive Cuba, el Presidente de la República consideró que en la medida en que nos acerquemos al momento en que la curva de la epidemia descienda, en casos activos y también en letalidad, tenemos que recuperar actuaciones sanitarias que den una adecuada protección y nos permitan también desplegarnos más hacia la normalidad en la vida económica, productiva y social.

«Tenemos que ser capaces, con un nuevo modelo de vida o con un modelo de vida ajustado, de estar preparados para vivir, producir y seguir avanzando, aun con la presencia de la enfermedad», aseveró.

Para ello, agregó el mandatario cubano, lo que hace falta es un conjunto muy práctico de procedimientos operativos, con principios de racionalidad, de ciencia y de evaluación de riesgos.

Díaz-Canel se refirió a «un grupo de cuestiones básicas, que las tenemos como lecciones y aprendizajes suficientes que nos ha dado toda esta etapa de enfrentamiento»: la necesaria distancia entre personas; el uso de la mascarilla para evitar el contagio; mantener las medidas higiénico-sanitarias con la frecuencia y envergadura planteadas; elevar la calidad del pesquisaje y la encuesta epidemiológica; y evitar en todo lo posible los espacios cerrados y las multitudes.

Se impone además, indicó Díaz-Canel, un estilo de trabajo de los cuadros, en el cual tengamos toda la capacidad para informar y que nuestras plataformas de comunicación social no omitan ninguno de los temas que son prioridad, ni las circunstancias que estamos viviendo.

Que se den todos los elementos, insistió el Presidente, y que además se destaque lo que es bueno y da luz en medio de esta situación compleja, lo que nos une, por lo que luchamos y lo que defendemos.

El Jefe de Estado hizo mención a la campaña de descrédito hacia la Revolución que se pretende conformar en las redes sociales y a la manera en que se aborda un grupo de temas, en los cuales nos tratan de dividir, como son el racismo, la violencia hacia la mujer, los derechos humanos y la libertad religiosa.

Se intenta presentar al país con una incapacidad gubernamental y económica; y por otro lado, se ataca con saña a dirigentes, a líderes de opinión, a intelectuales y artistas, que defienden el proceso revolucionario, consideró.

Por otra parte, subrayó, son despiadados e incesantes los ataques a nuestras principales fuentes de ingreso. Se patentiza un recrudecimiento brutal del bloqueo y de la persecución financiera. Se evidencia, además,  todo un llamado y un propósito a alentar un estallido social en la nación, también como parte de los intereses electorales estadounidense.

A eso tenemos que sumar el impacto de la COVID-19 en nuestro país, en medio de un rebrote que nos ha alargado en el tiempo el regreso a la normalidad. Esto ha tenido una incidencia en el Presupuesto del Estado, con enormes gastos sociales, que «lo hacemos sin ningún lamento, porque en primer lugar aquí el propósito ha sido salvar las vidas».

En la reunión –dirigida por el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, y en la que participaron el segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista, José Ramón Machado Ventura; el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, y el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa– se abordaron importantes temas como la implementación de la Estrategia para el impulso de la economía en medio de la crisis provocada por la pandemia, la marcha del curso escolar, la política de la vivienda, el programa de soberanía alimentaria y la situación epidemiológica.

En el intercambio con las autoridades de los territorios, Díaz-Canel determinó como una prioridad «imprimirle más ritmo a la implementación de la Estrategia Económica planteada para esta etapa de crisis», en lo cual las autoridades locales desempeñan un papel primordial. Aquí es fundamental, dijo, transformar la agricultura, redimensionar su sistema empresarial, aumentar las producciones, vincular con la industria nacional y encadenarse con la inversión extranjera y el turismo.

El Jefe de Estado habló de «retomar los sistemas de trabajo del Gobierno a todas las instancias, no podemos estar concentrados solo en la COVID-19, independientemente del esfuerzo que lleva. Hay que tener capacidad para atender la epidemia y el resto de las problemáticas que tenemos que enfrentar, a nivel municipal, provincial y de país».

Respecto al curso escolar, que se reanudó el 1ro. de septiembre, señaló que el reto es seguir avanzando, con seguridad y calidad. Para ello tenemos que ser muy estrictos en las medidas sanitarias, en el pesquisaje, y mantener una constante interacción con las familias.

Sobre el programa nacional de la vivienda –mediante el cual al cierre de agosto se habían terminado 32 595, para un 79 % del cumplimiento del plan anual– el Presidente consideró que –hay que luchar por cumplir el plan del año, ha sido una etapa tensa, pero ahí es donde está la capacidad de crecernos en medio de esta situación».

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