Un crimen horrendo, el fusilamiento de ocho estudiantes de medicina

La injusticia condenó a ocho jóvenes inocentes, víctimas de un proceso amañado que culminó en un fusilamiento por la falsa acusación de profanar una tumba. Este crimen de Estado, ejecutado el 27 de noviembre de 1871, se convirtió en un símbolo eterno de la barbarie colonial y en un grito que fortaleció la lucha independentista de Cuba

Por Raisa Díaz Miranda

La historia cuenta el horrendo crimen. Lejos de la justicia los perpetradores hicieron de su causa una masacre. ¡Cuánta ignominia ante ocho inocentes estudiantes del primer curso de Medicina, quienes fueron injustamente fusilados!

La atrocidad decía mucho del gobierno vigente. España imperativa hacía uso de su poder para doblegar al cubano que no podía soportar más su avasallador dominio. El 24 de noviembre de 1871 quiso la casualidad que el profesor aun no llegara, era viernes por la tarde y la clase de Anatomía debía iniciar a las tres en punto, sin embargo, no fue así. Esto encontré en escritos de quienes cuentan la historia.

Camino a una sesión de prácticas algunos entraron en el cementerio de Espada  para recorrer sus patios. Otros incursionaron en un paseo por la plaza delante del cementerio. Al profundizar en el hecho supe que un joven estudiante tomó una flor que estaba delante de las oficinas del cementerio. El vigilante del lugar, molesto porque “habían descompuesto sus siembras¨, hizo una falsa delación al gobernador político de que los estudiantes habían rayado el cristal que cubría el nicho donde reposaban los restos de Gonzalo Castañón. Después de apresados los estudiantes fueron procesados en juicio breve, pero el fallo no fue aceptado.

Los detalles ocurridos puedes encontrarlos si rebuscas en el tiempo, aunque de forma inminente cabe contar que de manera injusta el Consejo de Guerra firmó la sentencia de muerte a ocho estudiantes . De  dos en dos, de espaldas y de rodillas  los infelices inocentes perdieron la vida.

Una causa inicua abusaba de la juventud, esa que a través de mensajes dejados en  la capilla, momentos antes de la ejecución demostraban la barbarie. Notas breves y desgarradoras. Eladio solicitaba a Cerra que, como prueba de amistad, conservara un pañuelo en posesión de Domínguez y que diera a éste el que le acompañaba. 

Anacleto pedía que padres y hermanos se consolaran pronto y entregaran a Lola su sortija y leontina para que siempre se acordara de él. Alonso reiteraba a los suyos un querer entrañable y la fe de ver a los padres en la gloria. Pascual decía a Tula nunca haber creído verse en un caso así, porque había sido hombre de orden. Ángel, en el adiós definitivo, afirmaba: muero inocente, me he confesado.

La ignominia pernoctaba sin franquicia. Cuánta crueldad! No se permitía a los familiares el reclamo de sus muertos para darles sepultura. Una fosa sería el lugar donde arrojaron los cuerpos, para un mejor acomodo en el fondo, se dispuso colocar 4 en un sentido y los otros 4 en sentido opuesto.

Con la humillación España quiso dar un escarmiento ejemplar ante el desarrollo insurreccional, sin embargo, el sentimiento independentista de los cubanos fue fortalecido. 

Cada 27 de noviembre Cuba rememora la barbarie, y en total desafío acuna y protege a los jóvenes como digno relevo de las conquistas alcanzadas.

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