Por Raisa Díaz Miranda
Su voz resuena como arpegio de guitarra. Quizás no en rapidez pero sí en virtuosismo. Porque en cada pronunciación, entonación, matiz, la idea se revela como las cuerdas en devoción. La intensidad como manto omnipotente coadyuva ante el conocimiento. Él asume la imagen que transmite como obra certera de confianza y perdurabilidad.
La palabra debe cautivar. El sonido asegura la partida. La credibilidad será imponente y la misión marcará el camino a seguir. En cada palabra segura la escucha vibra y el silencio se hace hastío. Él evoca la realidad y sus palabras retumban en el palpitar cotidiano. Mil razones para seguir adelante, el compromiso con el público los convida a la autopreparación constante. Su voz educa, instruye, recrea.
El primero de diciembre de 1954 fue instituida la fecha como el Día del Locutor en homenaje al joven Jorge Luis Nieto García, tempranamente fallecido. Él también enseñó que la locución debe poseer la magia de la persuasión y el poder de incentivar sentimientos y emociones a través del dominio de la palabra, esa que debe ser filigrana para nuestros oídos.
El locutor es vibra que abraza, aliento que llega, motivación que convida.
A Marlén, Liyanis, Roilán, Alexander, Noemí, Laydalí, Mayendé, Yusimí y a Raisa, locutores de la Emisora Radio Sandino, sacrificados comunicadores,
¡Muchas felicidades!
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