
El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año, con el fin de concienciar a la población sobre el papel que tiene la familia en la educación y la formación de los hijos desde la primera infancia, así como fomentar los lazos familiares y la unión familiar
Por Tairis Montano Ajete
El Día Internacional de las Familias no es solo una fecha en el calendario, sino un recordatorio de los lazos invisibles que nos sostienen, nos moldean y nos dan identidad. En cada hogar, en cada abrazo y en cada conversación compartida, se teje la historia de quienes han caminado juntos, creando un legado que trasciende generaciones.
Las familias no son perfectas, y quizás ahí radique su verdadera belleza. Son un conjunto de historias entrelazadas, de momentos difíciles y celebraciones inolvidables. Son la voz de una madre que anima, la mirada comprensiva de un abuelo, las travesuras de los hermanos y la mano firme de quien guía. En el Día de las Familias se celebra todo esto: el amor que permanece a pesar de los desafíos, la unión que resiste el tiempo y la fuerza de quienes, sin importar las circunstancias, se sostienen mutuamente.
En cada rincón del mundo hay familias distintas, únicas en su esencia. Algunas están hechas de sangre, otras de afectos elegidos. Pero todas comparten el mismo principio: la necesidad de estar, de acompañar, de pertenecer. Porque más allá de las diferencias, el verdadero significado de la familia radica en el compromiso, en el apoyo incondicional, en la certeza de que siempre habrá un lugar al que llamar hogar.
El Día de las Familias no es solo una celebración, es una oportunidad para detenerse, para valorar y agradecer. Porque en medio del ruido de la vida es la familia la que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.
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