Por Raisa Díaz Miranda
Su sonrisa nacarada aunaba sentimientos. Nada vedaba sus ideas y su estirpe de cubano valiente socavaba al enemigo en afrenta bravía. La jovialidad y el compromiso marcaron la ruta que lo guiaría hacia el triunfo revolucionario.
Una confianza absoluta en Fidel Castro abonó el valor de él y sus compañeros de lucha. Nada abrumaba al combatiente rebelde que conoció desde pequeño la humildad y el sacrificio.
Su lucha no sería en vano, y como uno de los pilares esenciales del triunfo el primero de enero de 1959, Camilo Cienfuegos sería recordado como un verdadero hombre de pueblo.
Compañero de lucha y amigo inseparable de Ernesto Guevara de la Serna. Muchas anécdotas de relevancia los unían en fraternal camaradería, y el sentimiento de lucha y victoria por la justicia y la razón acentuaron el comportamiento de estos dos grandes de la historia Patria.
En los albores del triunfo asumió importantes responsabilidades. Fue designado Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, cargo desde el cual se ocupó de la detención de Hubert Matos tras el intento de sublevación en Camagüey.
El valor y fidelidad inquebrantable de Camilo Cienfuegos permitieron que los cubanos asumieran su postura como digno ejemplo y le otorgaran el título honorífico de Héroe de Yaguajay y Señor de la Vanguardia.
Lamentablemente el 28 de octubre de 1959 el avión en que viajaba desde Camagüey a La Habana desaparece y nunca fue encontrado. Cada año en sentido homenaje las aguas cubanas reciben cientos de flores y cariño como reflejo de una bella tradición. Su vida y obra son baluarte seguro de compromiso revolucionario ante las nuevas generaciones.
Camilo Cienfuegos Gorriarán renace en cada cubano fiel a la Revolución y sus conquistas.
Informaciones relacionadas
Camilo, hecho de materia limpia
