Indiscutible es el ejemplo que Julio Antonio Mella dejó de forma imperecedera a los jóvenes universitarios de este y todos los tiempos.
A noventa y cuatro años de su asesinato, ocurrido en México, el día 10 de enero del año 1929, este mes, resulta oportuno para enaltecer las ideas de este patriota. Rescatarlas y materializarlas en acciones implica hacerlo no un solo día.
Va más allá de la simple reivindicación de una figura o de únicamente hablar de este líder estudiantil cubano de principios de siglo XX.
Lograrlo implica seguir, con nuestro accionar diario, fieles al legado y al ejemplo de quien fuera, un joven comprometido con la época histórica que vivió.
De hecho, resalta de Mella su ideología de avanzada, que sigue siendo una guía para la juventud que, en la actualidad, construye sus realidades diarias.
Es por eso que considero que no se puede hablar de él apegados al discurso y la palabrería vacía… ¡se tiene que pensar en grande!, como grande fue su pensamiento y su obra.
A mi modo de ver, ese hacer y transformar «a lo Mella» exige impregnarnos de su espíritu renovador. Digo así, porque si él siguiera vivo físicamente, o fuera un joven de estos tiempos, de seguro sería un eterno inconforme.
En él encontraríamos un cubano consciente de que nuestro socialismo, es el proceso más justo. Un socialismo que, por demás, sabría que también debe y tiene que perfeccionarse; a sabiendas que hacerlo, depende del trabajo unido de todos, en especial de las nuevas generaciones.
Ser fieles al que mucho hizo por la Patria, implica trabajar con eficiencia y multiplicar nuestras acciones más que las palabras.
Creo que, en este sentido, todavía tiene mucho que hacer la universidad cubana. Si bien la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) ya tiene cien años de creada, lo cierto es que la FEU, aunque una organización juvenil añosa (la más antigua del país), todavía conserva su característico espíritu y su impronta transformadora.
Desde su fundación por Julio Antonio Mella, esta representa al estudiantado universitario cubano. Ese que está y tendrá que estar en la línea de vanguardia, si de construir y edificar nuestra nación se trata.