Fisioterapia en Sandino, compromiso con el bienestar del pueblo

Por Tairis Montano Ajete
Este 8 de septiembre mientras el mundo pone en valor la fisioterapia como herramienta esencial para un envejecimiento saludable, en el municipio de Sandino, en el occidente de Cuba, la sala de rehabilitación del policlínico Ernesto Guevara de la Serna se convierte en un pequeño epicentro de dignidad y entrega.
Treinta trabajadores, cada uno con su historia, su técnica y su paciencia, hacen de esta jornada una celebración silenciosa pero profunda. En el departamento de calor y masaje, donde el tiempo se mide en repeticiones y avances mínimos, se brinda un servicio que no solo es eficiente, sino profundamente humano.
Este año, el Día Mundial de la Fisioterapia se enfoca en la prevención de la fragilidad y las caídas, y en Sandino eso se traduce en cuerpos que vuelven a erguirse, en pasos que se recuperan, en ancianos que aprenden a confiar otra vez en sus piernas. No hay espectáculo, pero hay milagros cotidianos.
La sala no tiene lujos, pero tiene algo más valioso: compromiso. Allí, donde la fisioterapia se practica como un acto de fe en el cuerpo ajeno, los profesionales hacen gala de una vocación que no se aprende en libros. Se escucha el crujir de las articulaciones, el susurro de la voluntad, el murmullo de la esperanza.
Y así, en Sandino, Pinar del Río, el Día Mundial de la Fisioterapia no es una fecha en el calendario. Es una sala, treinta voluntades, y un país que envejece con dignidad.