La correcta convivencia en el seno familiar, constituye un reto y esto no significa que se crea que todo tiene que ser felicidad
Sandino -No hay elemento más placentero que vivir armonía en paz, cuando celebramos el día internacional de la convivencia en paz es importante reflexionar sobre cómo hoy día lograr que todas las familias aseguren esa armonía familiar se ha convertido en un difícil reto. Existen muchas cosas que atentan contra ella si no se le sabe dar el tratamiento que llevan y me refiero por ejemplo a las limitaciones de vivienda , lo que influye a veces en permanencia en el hogar de más de un núcleo familiar en la que no todos conviven y actúan de la misma manera. ¡Llegó el yerno o la nuera; nuevos inquilinos, muchas veces no gustan a mamá o papá, a veces porque cambian el estilo de vida en casa y otras porque realmente las actitudes no están acorde con las hasta ahora manifestadas en el hogar…. Ese, entre muchos es sin dudas un elemento que atenta contra la buena convivencia y que afecta a chicos y grandes. Hay un elemento que no se puede perder de vista y es que la convivencia familiar va más allá de compartir la habitación, o la mesa. Es una relación que sobre la base del vínculo afectivo requiere de valores. Existen dos razones que explican por qué se dificulta tanto la convivencia familiar, la primera porque sin excepción todos los seres humanos somos distintos, pensamos y actuamos de manera diferente, por eso, cualquier relación interpersonal que se entable será difícil de algún modo. La segunda razón es porque la familia no se elige, es una relación impuesta. Sin embargo, el vínculo afectivo es un lazo de unión tan fuerte que permite aceptar lo anterior, adoptando normas de convivencia y funcionamiento que a su vez hacen que cada familia sea única e irrepetible.
Lo que sí es cierto es que la correcta convivencia en el seno familiar, constituye un reto y esto no significa que se crea que todo tiene que ser felicidad y que no van a haber desavenencias, estas siempre van a estar presentes, lo importante es saber analizarlas y resolverlas de forma sana, sin peores consecuencias. Nadie en la vida está libre de momentos desagradables, pero es necesario prevenir, medir las palabras y actitudes, pensando en las consecuencias; la bondad, el perdón, el diálogo y muchas veces el silencio antes que las palabras fuera de lugar, son piezas claves para la armonía familiar. Tengan presente que desastres familiares provienen generalmente de cosas pequeñas que se amontonan y nunca se quiere enfrentar y aceptar para darle adecuada solución… y luego resulta tarde. Cuando pensamos que la felicidad del hogar es completa, siempre surge un nuevo deseo… Lo importante es actuar siempre sin egoísmos. La mayoría de los enfrentamientos entre esposos, o entre padres e hijos se debe a que falta hogar, falta diálogo y oración.
La convivencia familiar es una forma de relacionarnos entre los miembros de la familia fundamentalmente de aquella que comparten bajo el mismo techo. Para la convivencia positiva son necesarios el respeto, el amor, el perdón entre otros; debemos tolerar y comprender las costumbres y formas de vivir de los otros.
