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Aceptarlos tal y como son …de eso se trata

La sexualidad humana se expresa de muy diversas maneras y a cada momento de existencia a pesar de que algunas personas solo toman como punto de referencia la realización del acto sexual

La sexualidad humana se expresa de muy diversas maneras y a cada momento de existencia a pesar de que algunas personas solo toman como punto de referencia la realización del acto sexual.

Lo cierto es que a pesar del malestar de algunos y la alarma de otros, las personas evidencian diferentes gustos al elegir pareja y en la actualidad se aceptan en tal sentido tres comportamientos distintivos, los heterosexuales o sea, aquellos que forman pareja con personas de otro sexo, los homosexuales que son los que prefieren personas del mismo sexo y los bisexuales que selecciona parejas de manera indistinta o lo que es lo mismo, mantienen relaciones sexuales con sus iguales o con los distintos.

El caso de los homosexuales es quizá el más rechazado por la sociedad aunque en honor a la verdad en los últimos tiempos es apreciable cierto nivel de tolerancia al respecto, como lógico resultado de la elevación del nivel cultural y de la comprensión de que este es un fenómeno natural que está relacionado de manera directa con el derecho de cada persona en particular, y donde poco o nada tiene que ver el criterio de los otros.

Perjuicios derivados de una cultura

Esta no es una conclusión a la que se llega fácilmente, pues son muchos los perjuicios derivados de una cultura tradicionalmente machista alimentada de muy diversas maneras con el objetivo declarado de que impere el criterio y la forma de hacer de los hombres en detrimento de las mujeres, y de quienes no se atengan a los patrones definidos.

Preocupaciones, apoyo, criterios encontrados, todo eso y mucho más rodea el caso de los homosexuales en la sociedad de estos tiempos, y no es posible ignorar tal situación que de una manera u otra atenta contra sus posibilidades de desarrollo y limita sus derechos como ciudadanos.

La intolerancia está en la base de la actuación de quienes rechazan de plano tal manera de actuar desde el punto de vista social y en general, es una intolerancia injustificada y al mismo tiempo culpable, pues carece de fundamento y en última instancia insostenible.

Saber entender

¿Por qué podemos aceptar con naturalidad que una persona se pinte el pelo de cualquier color, escoja el lugar donde quiere vivir, decida libremente qué carrera estudiar, opte por un trabajo en el lugar que le interesa y sin embargo no admitimos que sobre esa base también es libre de escoger pareja a su antojo?

Pero la cosa va mucho más allá cuando se trata de ir en contra de la elección de un hijo o de un familiar cercano, y entonces tal parece que se es capaz de renunciar a la condición de madre o padre por este solo hecho cuando en verdad lo necesario es brindar más apoyo, solidaridad y cariño así como orientar cómo hacer las cosas bien en cualquier circunstancia.

De seguro usted conoce homosexuales dignos, trabajadores, serios, cumplidores de cualquier tarea que se les asigna y que disfrutan de reconocimiento, prestigio y autoridad en el barrio y en sus centros laborales, eso es muestra de que su condición sexual no está reñida con los objetivos sociales.

Por supuesto que nadie podrá ser respetado más de lo que el mismo se respeta y ejemplos hay también de homosexuales que tienen un comportamiento social inadecuado y que merecen críticas no por homosexuales sino por su forma de actuar ante la vida.

Aceptar como correctas las relaciones homosexuales está por completo a tono con las mejores cualidades humanas y debemos acostumbrarnos a lograr esto con entera normalidad, a fin de cuentas se trata de una cuestión de simple elección que debe ser respetada como cualquier otra.

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