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La voz de los pueblos enmudece a la OEA

Los organizadores se vieron obligados a replegarse a una sala privada, mientras en el auditorio principal se improvisó una tribuna para que los verdaderos representantes de los pueblos indígenas, afrodescendientes y luchadores por los derechos sociales de la región pudieran expresarse con libertad

LIMA.–La firme posición cubana de rechazar las maniobras de la Organización de Estados Americanos (OEA) obtuvo hoyel apoyo de los asistentes en Lima al encuentro de la sociedad civil con los representantes de los gobiernos de la VIII Cumbre de las Américas.

Los organizadores se vieron obligados a replegarse a una sala privada, mientras en el auditorio principal se improvisó una tribuna para que los verdaderos representantes de los pueblos indígenas, afrodescendientes y luchadores por los derechos sociales de la región pudieran expresarse con libertad.

El diálogo oficial que pretendía llevar a cabo la OEA, con una metodología antidemocrática, ni siquiera pudo comenzar.

Mirthia Brossard, vocera de la coalición donde están agrupados la mayoría de los cubanos, pidió una moción de orden y exigió la salida de los grupos mercenarios que carecen de cualquier legitimidad para representar a Cuba.

Explicó cómo esos personajes son financiados desde Estados Unidos para subvertir el orden interno de Cuba y rechazó la forma en que la OEA garantizó su asistencia a la VIII Cumbre de las Américas.

Trato preferencial a la coalición número 26

Los organizadores ofrecieron un trato preferencial a la coalición número 26, donde están presentes varios de los miembros de la mal llamada Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (REDLAC), y los ubicaron en el plenario desde el inicio.

Encabezada por miembros de la contrarrevolución cubana, REDLAC funciona como un brazo de la OEA para atacar a los gobiernos progresistas de la región, en especial Venezuela, Cuba y Bolivia.

La delegación cubana apoyó las palabras de Brossard coreando «Yo soy Fidel», «Fuera los mercenarios» y «La Patria se defiende, no se vende». La delegación venezolana y buena parte de la sala se sumó al reclamo.

Después de una larga pausa, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, intento pronunciar el discurso que tenía planeado, pero los abucheos de «mentiroso» y «vende patria» no lo dejaron concluir.

El embajador Juan Antonio Fernández, representante del gobierno cubano al evento, pidió en varias ocasiones la palabra, pero los organizadores se negaron a abrir su micrófono.

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