La no presencia física de Celia y de Fidel no dejó vacíos para los cubanos, sino espacios llenos, dejaron ideas, compromisos, tareas y esperanzas en la construcción de un mundo mejor.
Sandino-En momentos en que el pueblo vueltabajero se prepara para recibir el próximo 17 de enero la caravana de la libertad que hace 61 años llegara a Pinar del Río liderada por el Comandante Fidel Castro, también evoca la vida y obra de Celia Sánchez Manduley precisamente este 11 de enero cuando se cumplen 40 años de su muerte.
Y es que no se puede hablar de los momentos trascendentales de la Revolución Cubana sin hacer alusión a Celia Sánchez; a las importantes tareas y responsabilidades que de manera activa asumió. Fiel amiga del líder histórico Fidel Castro emprendió después del triunfo del 1 de enero de 1959 innumerables obras muy significativas.
La legendaria combatiente fue la primera mujer en integrar el Ejército Rebelde. Demostró que las mujeres cubanas también podían ocupar posiciones de combatientes guerrilleras, contra las fuerzas militares de la tiranía batistiana.
Cumplió importantes misiones en el abastecimiento de la guerrilla; luego se convirtió en combatiente directa en las más difíciles condiciones consciente del peligro que la acechaba.
Pienso que la no presencia física de Celia y de Fidel no dejó vacíos para los cubanos; sino espacios llenos, dejaron ideas, compromisos, tareas y esperanzas en la construcción de un mundo mejor. El legado de ambos es la fuente de inspiración para llevar adelante el nuevo modelo social que elegimos.
Cada tarea que emprendamos será el homenaje a la más autóctona Flor de la Revolución, Celia Sánchez Manduley.
