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Víctima o victimario: ¿A quién afecta el acoso escolar?

El acoso escolar suele desarrollarse de manera silenciosa, a la vista de otros compañeros, cómplices por acción o por omisión.

El acoso escolar es un tema de debate actual. Hace unos años se ha visibilizado como fenómeno de ocurrencia en las instituciones educativas cubanas. Sin embargo trae una cola larga (causas, condisiones y consecuencias) desde ha mucho tiempo.

También conocido con el término anglosajón Bullying, el acoso escolar es una forma de violencia que incluye cualquier forma de maltrato u hostigamiento físico, verbal o psicológico que se produce entre niños y jóvenes en edad escolar de forma reiterada a lo largo del tiempo en la escuela o el colegio.

En estos casos tanto el agresor como la víctima son estudiantes. Ello ha contribuido a que pase desapercibido por mucho tiempo. Si recordamos nuestra etapa escolar rápidamente indetificamos, en alguna de las aulas en las que estudamos, quien era un bullie y quien era su víctima.

Precisamente eso que llamábamos pesadez, «poner el dedo» o abuso no es más que el tan debatido  acoso escolar. Lo cierto es que, antes y hoy, el acoso escolar suele desarrollarse de manera silenciosa, a la vista de otros compañeros, cómplices por acción o por omisión.

Acoso escolar

¿A quién afecta el acoso escolar?

Muchas son las consecuencias, todas negativas, para los escolares. No importa el rol que desempeñen en esta dinámica de abusos.

Para la víctima de acoso escolar, las consecuencias se notan con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas. También se suman a esta lista, la pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios. Esto puede desencadenar una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil resolución.

Pero las repercusiones negativas también alcanzan al victimario. Algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. Lo cierto es que el agresor tiene y tendrá dificultades para establecer relaciones sociales satisfactorias.

También la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se sienten afectados.

Considero que la educación propia del sistema patriarcal es la causa principal de este tipo de flagelos. Este modelo de relaciones está basado el en control o dominio del otro. Además, en él la violencia adquiere un caráter transversal

Por otro lado, las relaciones violentas o impositivas en otros espacios como la familia marcan la conducta del escolar fuera del mismo. Por ello el niño, niña o adolescente importa estas conductas al aula. 

Mucho queda por hacer para erradicar el acoso escolar. Educar de una manera inclusiva es la solución a mi criterio. Una manera donde exista una visión más natural de las diferencias. Donde nuetsras características no puedan ser usadas como armas contra nosotros mismos.

Una cultura de paz, inclusión y respeto al otro  es la solución.

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