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Liván Moinelo: Siempre estaré dispuesto a jugar por Pinar del Río y por mi país

Cuando comenzó en el béisbol, con apenas ocho años, Liván Moinelo era el jugador más pequeño de su equipo. Sin embargo, el entrenador le aseguró a su mamá que un día llegaría a ser un buen pelotero, y no se equivocó

PINAR DEL RÍO.–Cuando comenzó en el béisbol, con apenas ocho años, Liván Moinelo era el jugador más pequeño de su equipo. Sin embargo, el entrenador le aseguró a su mamá que un día llegaría a ser un buen pelotero, y no se equivocó.

En las categorías inferiores nunca supo lo que era ganar un torneo. Desde que entró en la selección de Pinar del Río de mayores, en la Serie 53, sus vitrinas han empezado a llenarse de títulos.

Primero fue campeón nacional, en esa misma temporada, luego de la Serie del Caribe, y hace solo unos meses, se coronó junto a Alfredo Despaigne en la Liga Profesional de Japón, con el Fukuoka Softbank Hawks.

Cuenta que había sido contratado para jugar en las menores, pero después de observarlo durante dos semanas, los Halcones decidieron subirlo a su selección principal.

«Cuando llegué, me pasé una semana entrenando, trabajé en varios juegos en los que di como 12 ponches, sin que me hicieran carreras. Eso los hizo pasarme al equipo grande», recuerda.

En la temporada regular nipona, el zurdo ganó cuatro partidos

En 34 salidas durante la temporada regular nipona, todas en funciones de relevo, el zurdo ganó cuatro partidos. también repartió 36 ponches y permitió solo diez carreras limpias en 35,2 entradas, y en los play off, intervino en otras dos victorias de su equipo ante el Yokohama DeNA Baystars.

«Al principio me dejaba guiar por el cátcher japonés. Antes de comenzar el inning, con la ayuda del traductor, me ponía de acuerdo con él sobre lo que debía tirarle a cada bateador. Después empecé a decidir yo, pero cuando hay un jugador que no he visto, me sigo llevando por el receptor», explica el vueltabajero, quien para imponerse en un béisbol repleto de buenos pitchers ha tenido que hacer varios ajustes.

«Con los cuatro lanzamientos que domino me dijeron que era suficiente. Sin embargo tuve que aprender a lanzarlos en dos tiempos: más rápido y más lento. Antes lo hacía siempre a la misma velocidad. Yo tiro recta, curva, slider y cambio, pero cuando lo haces en diferentes tiempos se convierten en más lanzamientos».

Sobre el pitcheo

–¿En qué se basa el pitcheo en la liga japonesa: la potencia, los rompimientos?

–Los cátchers dicen que lo más importante es ubicar bien los lanzamientos y tienen razón, porque a veces no salía tan duro y dominaba. Yo siempre he tenido control, pero me di cuenta de que para tener buenos resultados en el béisbol japonés, debía mejorarlo. Así que trabajé bastante en el bullpen, hasta llegar a poner la pelota donde quería.

– ¿Y la velocidad?

–Antes había tirado como máximo 92 millas, y allá, a medida que fui cogiendo carretera, llegué a marcar 95. Y no solo eso, sino que logré mantenerme sobre las 90 en casi todas las salidas. Creo que fue gracias al entrenamiento, a la relación trabajo-descanso. También a que subí un poco de peso, pues cuando me fui estaba en 68 kilogramos y terminé en 75.

–¿Cuál es la zona en que se debe lanzar para ser más efectivo?

–Eso depende del hombre que esté en turno. No es igual que aquí, que te dicen «pichea bajito», porque hay jugadores que tienen un buen contacto abajo, y si se la tiras por ahí, te dan jonrón. Por tanto, se necesita estudiar mucho.

«Además, existen personas en el cuerpo técnico que se dedican a analizar a los contrarios durante la temporada, y antes del juego te explican dónde cada bateador le pega con más fuerza a la pelota, dónde saca foul, si le tira al primer lanzamiento, si se mete en conteo. Aquí cuando vas a lanzar no tienes eso. Se hacen estudios con las posibilidades que tenemos, pero no son iguales».

–En los eventos internacionales, los pitchers cubanos suelen tener problemas con la zona de strike…

–Al principio eso me dio un poco de trabajo, porque allá es muy cerrada. Cuando tiraba recta para las esquinas no la cantaban, y llevaba a muchos bateadores a la cuenta de 3 y 2. Así que los entrenadores me dijeron que lanzara para el medio, y que no me preocupara, que en el terreno había nueve jugadores para coger la pelota.

–¿Te gustaría probarte en algún momento como abridor?

–En Japón me dijeron que me veían con perspectivas de convertirme en abridor, que mis lanzamientos eran buenos y además soy zurdo. Lo único que me faltaba era entrenar. Así que quizá este año pueda iniciar algún juego.

–¿Qué diferencias hay entre el Moinelo que se fue a Japón y el que regresó?

–He ganado confianza y he aprendido a conocer un poco más las mañas de los bateadores.

–Después de ganar una Serie Nacional, una del Caribe, y el título de la pelota japonesa, ¿con qué sueñas?

–Con una Olimpiada. He oído que es muy emocionante. Quisiera ir a una y ser campeón.

–Ahora que has logrado abrirte paso en el segundo circuito del béisbol más fuerte del mundo, ¿todavía te motiva jugar en Pinar del Río y en el equipo Cuba?

–Lanzar por mi provincia y hacer el equipo nacional, defender los colores de nuestra camiseta, es algo que me sigue motivando y me sigue llenando. Yo siempre estaré dispuesto a jugar por Pinar del Río y por mi país. Y aunque dentro de poco vuelvo a Japón, allí también estoy representando a Cuba.

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