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Sandinenses contra las indisciplinas sociales

El tema de las indisciplinas sociales se debate en cada cuadra, centro de trabajo, e incluso en el seno familiar pero aún estamos lejos de lograrlo

Sandino – Es indudable que proliferan las indisciplinas sociales en los jóvenes y en otros sectores de la población cubana. Tampoco se puede dudar que resulta importantísimo e impostergable ponerle fin a este mal. Y si de algo nos preciamos los cubanos es de vivir en un país tranquilo, donde prima la alegría y la hospitalidad y existen reglas de convivencia que garantizan bienestar para todos sus ciudadanos. Sin embargo, subsisten manifestaciones negativas que nada tienen que ver con las buenas normas de comportamiento social.

Estas sorprenden, sobre todo, porque se manifiestan en la actualidad de forma bastante cotidiana. Y suceden…sin que muchas veces las personas les salgamos al paso…ni reclamemos nuestros derechos a ser respetados. Esto sucede porque se está deteriorando la disciplina social. Definitivamente, cuando nacemos, encontramos dispuestas reglas rectoras de la conducta, que deben ser enseñadas en la familia, la escuela y la comunidad.

Es un hecho que rayar las paredes, provocar peleas, escandalizar, dañar la propiedad social, decir palabras obscenas, o empujar en las colas…son indisciplinas con profundas implicaciones. Y lo son….no solo por los perjuicios que ocasionan a la propiedad colectiva y a otras personas….sino por el daño que producen a la imagen de nuestra juventud y de la sociedad en general. Es por eso que ponerles freno definitivo depende del accionar de todos.

La indisciplina social trae aparejadas muchas secuelas, entre ellas la pérdida de valores y el daño económico como resultado de la destrucción de los bienes que se ponen a disposición de la sociedad. Salas, baños, techos, puertas, teléfonos públicos, parques, ventanas y luminarias…infinidad de patrimonios públicos….son deteriorados o rotos sin ningún sentido de culpa. Entonces….en la ciudad o en el entorno rural….aparece la imagen deplorable dejada por la falta de conciencia de algunos indolentes.

Ningún país, y menos el nuestro…..puede darse el lujo de invertir indefinidamente en esos y otros lugares, como es el caso de escuelas, áreas recreativas o de interés social…..para que luego el espíritu destructor de unos pocos y la indiferencia de otros, destruyan esas obras con el consiguiente daño a la economía.

Modificar la conducta humana….y lograr que el individuo se comporte de forma consciente y espontánea….es una tarea difícil que nos involucra a todos. Es a las nuevas generaciones a quienes nos corresponde sentar un precedente….una forma de decir y hacer….para velar por el sosiego y la paz ciudadana…..!ahora!….y en el futuro.

Para lograr poner fin a las indisciplinas sociales en Sandino y en toda Cuba, no basta la acción individual de la Policía Nacional Revolucionaria, de un inspector, o de cualquier otro funcionario encargado de hacer prevalecer el orden social. Ante esos hechos, se impone la actuación coordinada de todos los factores de la comunidad, las organizaciones políticas y de masas, el delegado del Poder Popular, la escuela, entre otros, dentro de los que tiene un rol fundamental la familia.

Y el tema de las indisciplinas sociales se debate en cada cuadra, centro de trabajo, e incluso en el seno familiar. Pero lo real es que todavía no “cogemos al toro por los cuernos”, como se dice en buen cubano. De hecho…en este particular….no pasamos del discurso y las palabras….a las acciones concretas. Para lograrlo, urge aumentar la combatividad, sobre todo la juventud, que debe ser protagonista en esta batalla para ponerles fin.

Los jóvenes debemos transformarnos…para dejar de ser simples observadores…y convertirnos definitivamente en actores. A veces es más factible hacer lo fácil…..que hacer lo correcto….pero el camino siempre tiene que estar en el sendero que marca el civismo y el bien social.

De hecho…eliminar cualquier rasgo de deterioro de las buenas costumbres de los cubanos…no es algo que podamos dejar para mañana. Es necesario hacerlo hoy. Y creo más, considero que resulta urgente hacerlo YA. Todos estamos convocados, aportemos entonces nuestro granito de arena… y saldrá fortalecida la Patria.

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